Por Jorge Gómez
Aunque nunca nos saludamos y nunca supiste de mi existencia, yo sí me acuerdo de ti.Se jugaba el Mundial de México 70 y fue justo cuando tenía 9 años que supe de ti y de la constelación de estrellas brasileñas que jugaban junto a ti, tú para ellos y ellos para ti.
Recuerdo muy bien a mi papá quien llegó hasta el salón de clases y le pidió permiso a la profesora para que pudiera salir. Nunca le pregunté qué le dijo a la querida maestra y me llevó a nuestra casa para que pudiera ver la inauguración del Mundial de México.
Fue la única vez en que me sacó de clases. Todavía no entendía lo que representaba un Mundial, pero al ver por televisión el estadio Azteca repleto de gente y el desfile de los equipos participantes me lleno de emoción y luego siguió el partido de México ante la Unión Soviética que terminó empatado sin goles.
Fue en ese momento, en que empecé a saborear el futbol, a gozar y sufrir con el equipo mexicano, la plasticidad de un juego que es fácil de ver y entender, alguien escribió que no entendía como 22 jugadores tenían el aliento para correr sin parar durante 90 minutos tras una pelota.
¿Alguien ha visto dos goles exactamente iguales? Creo que no, el futbol tiene millones de alternativas y futuros finales inimaginables, en una especie de ajedrez que te permite contar con miles de alternativas y variantes en cada jugada.
A la eliminación del equipo mexicano ante Italia por 4-1 en ese juego que se disputó en Toluca, como millones de mexicanos seguí al equipo que mostraba su habilidad y magia sobre la cancha del Jalisco y luego en la final ante Italia donde ganaron por 4-1Brasil contaba con Rivelino, Tostao, Pelé, Carlos Alberto, Ze María, Gerson, Jairzhino, Paulo César, Edu -que jugó en Tigres ya muy veterano- y el criticado portero Félix, el punto débil de los brasileños.
Un equipazo sin duda, ahí empezó mi afición por leer algunas revistas que llegaban a esta frontera como Eco Deportivo, Balón, Penalty o diarios como Esto, Ovaciones o Estadio, volviéndome coleccionista de goles que nunca vi e historias de futbolistas que fueron mis ídolos de niñez.
Gracias a ti Pelé, gracias a todos los que me hicieron soñar en ser un futbolista como tu, o cómo Bustos o Muciño o tantos otros héroes de carne y hueso.
No sé si eres el mejor futbolista en la historia, ¿qué importa eso?, eres Pelé y eso es suficiente para mi.
