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Jorge Gómez

JUEGO LIMPIO: POR JORGE GÓMEZ

Por Jorge Gómez
El deporte en tiempo de coronavirus
Suceso inédito
Futbol callejero
El deporte en nuestra ciudad vivirá unas semanas sin actividad deportiva y para miles de mexicalenses será una experiencia nueva.
El no poder acudir a los gimnasios para jugar basquetbol, voleibol, echarse una cáscarita de futbol en el parque o la unidad, o acudir con el reluciente uniforme a jugar en una cancha con pasto sintético, no será posible en las próximas semanas, o tal vez, en un par de meses.
Ante el cierre de las unidades deportivas que administra el Ayuntamiento de Mexicali a través del Imdecuf, veremos a niños y jóvenes en las calles y parques públicos, algo que no se ve regularmente.
Los corredores también dejarán de levantarse muy temprano los días domingos para acudir a su carrera callejera de 5 ó 10 kilómetros, suspendidas ante la sugerencia de las autoridades de salud en el país y en el estado.
Los ciclistas también guardarán sus vehículos y deberán ser pacientes para regresar en unos meses a sus competencias de ruta, o a sus paseos en la ciudad.
Recuerdos del futbol callejero
Hace unos días, recordaba con algunos amigos los momentos felices en donde pasábamos horas jugando futbol callejero, en lo que era un callejón en la colonia Burócrata, un sitio en donde nos reuníamos una veintena de niños de los alrededores, algunos llegaban desde calles más lejanas en la colonia Industrial o en la Nacozari.
Cuatro piedras para usarlas de porterías, un campo de tierra con piedras y terrones de tierra de todos los tamaños y una pelota que a veces era de segunda o de repente aparecía una nueva que nos hacía  emocionarnos.
No había árbitros, por lo que cada gol dudoso era reclamado por ambos equipos, el defensivo y el ofensivo, hasta que alguien levantaba la voz y daba el veredicto final, aunque todavía los inconformes pegaban algunos gritos mientras seguía el partidito.
Los juegos -como lo cuenta un meme que circula por ahí-, duraban tres o hasta cuatro horas, o hasta que ya no se podía ver la pelota, y el clásico grito del que mete gol gana, aparecía entre algún líder para indicarnos que todavía podíamos ganar aunque estuviéramos en desventaja de 14-9.
Los tiempos de futbol, de beisbol, tochito, las carreras que organizábamos y hasta una mini olimpiada en tiempo de Juegos Olímpicos, nos convertían en representantes de países, cada quien tenía su país para aparecer en un medallero ficticio.
A través de los años, he perdido contacto con algunos de mis amigos de juegos: los Téllez, los Suárez, Araiza, Álvarez, Mohedano, Javier Cerda, Arredondo, algunos ¨extranjeros¨ como Sebastían Contreras o Gerardo Sánchez,
Pero sus recuerdos quedan en mi memoria y estoy seguro, en la de cada uno de ellos. Años de felicidad, con mucho polvo, calor, rodillas y codos raspados, moretones,  pero sin coronavirus.

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