Historia de chocolates
Las “cuatitas” Macías
¿Explotación infantil?
Un niño que apenas habla, se acerca a la mesa y ofrece chocolates a los consumidores en un restaurante de hamburguesas de la Justo Sierra y Aviación.
El hecho es uno más de los muchos que se presentan día a día en diversos centros de reunión de los mexicalenses.
Sin embargo, el pequeño no pasa desapercibido por el hecho de que es hijo de una de las “Cuatitas” Macías, quienes tuvieron su momento de fama cuando el entonces presidente de la República, Vicente Fox, las invitó a la casa oficial de Los Pinos, en una visita que llamó la atención de la prensa en nuestra ciudad.
Algunos recordaran a Carolina y Karina Macías Moreno, como competidoras en las pruebas de caminata en torneos municipales, estatales y nacionales para personas con capacidades diferentes, siempre de la mano de su madre, la señora María Luisa Moreno Pizano quien supo aprovechar el acercamiento que realizaron algunos periodistas locales para dar a conocer sus logros deportivos.
La señora Moreno Pizano, llevaba a sus hijas a los programas deportivos de televisión o luego a los diarios para que las entrevistaran, pero su insistencia e imprudencia llegó a enfadar a los reporteros que con el tiempo se dieron cuenta de la manipulación a la que eran objeto las “cuatitas”.
Cuando creció su fama, la señora Moreno Pizano, era vista en oficinas de regidores, diputados, presidente municipal en turno, Desarrollo Social del Estado y del Ayuntamiento, del Imdecuf y el INDE, al grado de que en una ocasión, le hizo plantón al director del INDE por varias horas, comentando a la secretaria que lo esperaría no importando el tiempo, logrando después de varias horas que un funcionario del INDE la atendiera.
No era un mero capricho del funcionario el no atenderla, con el paso del tiempo, la mamá había encontrado la manera de vivir del gobierno, pidiendo y exigiendo la resolución a sus demandas, algunas fuera del ámbito de los funcionarios que visitaba día a día.
Con el paso del tiempo, se convirtió en “entrenadora” según decía ella misma, cuando no tenía ningún tipo de estudios, pero se daba el lujo de “dirigir” los entrenamientos de sus hijas, cuando entró en conflicto con un entrenador en la pista del CREA.
La señora Moreno Pizano puede ser vista en restaurantes como La Plazita, Sanborns, en otras ocasiones prefiere ir a comer a conocidos restaurantes de mariscos o de comida china, pocas veces acompanadas de sus hijas, la mayoría con amigas.
Ella fue quien mandaba a sus hijas a vender chocolates y la gente al reconocerlas con gusto cooperaba para la causa.
Ahora, sin necesidad, aunque la señora no trabaja, la historia la vuelve a repetir con su pequeño nieto, mientras sus hijas también aparecen en diversos restaurantes, vendiendo chocolates, la tradición continúa.
