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Jesús Alberto Rubio

AL BAT

Alfredo “Lobito” Meza

Por Jesús Alberto Rubio.

El zurdo Alfredo “Lobito” Meza también forma parte del rico historial del beisbol mexicano; un pitcher que siempre se caracterizó por su efectividad y su dominio sobre el lanzamiento del knuckle ball (“nakeball”).

Un pitcher elegante, efectivo y con registros que constatan su calidad como lanzador en todo circuito donde vio acción.

Como prueba, estos botones:

1966: Novato del Año en la Liga Invernal Sonora-Sinaloa lanzando para los Yaquis de Obregón.

1968: impuso en la Liga Norte de Sonora récord de 18 ponches en un juego, y lanzó otro sin hit ni carrera contra Empalme.

1970: lanzó el partido decisivo ante Nogales para que Magdalena se coronara campeón de la Norte de Sonora.

1972: con los Tigres (entonces en México), fue pitcher campeón en carreras limpias admitidas (1.83) en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).

Ese año en 32 salidas al montículo tuvo 12-6 con 70 ponches y disputó el campeonato de ganados y perdidos. Quedó entre los ocho mejores, con cuatro juegos en los que se acercó al sin hit y sin carrera.

En esos cuatro partidos fue hasta el octavo inning cuando le dieron el primer hit.

Luego, el 4 de mayo de 1974, con los Tigres de México, lanzó sin hit ni carrera a los Alijadores de Tampico en el parque del Seguro Social.

Fue el segundo pitcher de la franquicia en lograr esa hazaña. El primero había sido, en el mismo escenario, de Jimmy Ochoa ante el Águila de Veracruz, ganando en siete entradas 15-0. Ocurrió el 13 de agosto de 1955.

El zurdo Meza logró en esa gran campaña 13-10 y 2.47 con 71 K.

Ese mismo año se cubrió de gloria al tirar en el Parque del Seguro Social de la capital del país un juego completo a los Rangers de Texas dirigidos entonces por Billy Martín, ganándoles 7-2.

En 1975 también tuvo 13-10, con 3.60 de ERA y 66 abanicados.

Sin duda, Alfredo Meza se ubicó en su época a la altura de lanzadores Tigres de gran calidad como Arturo Cacheux, Pepe Peña, Vicente Romo, José Leyva, Nicolás García, Jesús Robles, Francisco Maytorena… entre otros.

Luego, en el invierno de 1976, (17 de octubre) ante cerca de tres mil aficionados reunidos en “El Nido” de Mexicali, los Águilas lograron su primer triunfo en la Mexicana del Pacífico correspondiendo al zurdito Meza acreditarse el veredicto (4-1) ante Guaymas.

Tales registros hablan de su enorme capacidad y talento que tuvo como lanzador.

Precisamente, por su gran trayectoria al “Lobito” Meza –en abril de 2005– le brindamos un gran homenaje en lo que fue el VI Congreso Estatal de la Asocrode en Puerto Peñasco, el cual llevó honrosamente su nombre.

También los Tiburones de Puerto Peñasco, en emotiva ceremonia efectuada durante el último juego de la temporada 2011 de la liga Norte de México, le rindieron un merecido Homenaje y Reconocimiento (junto a otros nueve jugadores), retirando el No. 13 que siempre portó con esa franquicia.

Debo agradecer al doctor Vicente Arturo Carranza Fernández por el envío desde Magdalena de Kino de dos magníficas imágenes (con texto) escaneadas de su álbum periodístico, lo que enriquece esta historia.

Nativo de Santa Rosalía

Alfredo Meza Rubio nació en Santa Rosalía, BCS, el 20 de Febrero de 1945 y sus padres fueron Alfonso Bojórquez y Celia Meza de Bojórquez. Fue criado por sus abuelos, Enrique Meza Arce y Celia Rubio, quienes vivieron en esa ciudad donde existió el famoso mineral del “Boleo”.

Aprendió a jugar béisbol en la escuela secundaria “Manuel F. Montoya” de su ciudad natal. Al morir su abuela en 1964, emigró con su abuelo a la ciudad de Tecate, B. C. en donde vivía su madre. Ahí se enroló en un equipo de la liga municipal y salió seleccionado para integrar el equipo de la liga amateur de Tijuana que participaría en el campeonato estatal.

Tuvo como compañeros a algunos jugadores amateurs que trascendieron en la B. C. como Macario Rayle y Luis “Viejito” García. Curiosamente, a pesar de que bateó arriba de .350 de porcentaje y tuvo una buena cantidad de jonrones, no fue seleccionado estatal.

Su familia, en el verano de 1965, emigró a Puerto Peñasco, pero Alfredo se vino hasta octubre de se mismo año.
Buscó una oportunidad con el equipo los “Pelillos” de Genaro Torres, que no era otra que la selección de Peñasco que participaba en una liga regional y se puso a entrenar con el equipo de la hielería de Lino Cortez.

Participó en la Liga Municipal con los “Pelillos”; y terminada ésta, recibieron la invitación para ir a Caborca a jugar en partido de entrenamiento con el equipo “Rojos” de Caborca que se preparaba para la liga de verano del Norte de México, y donde figuraban, además de Caborca, Agua prieta, Cananea, Nogales, Hermosillo y Empalme.

Genaro Torres llevó el equipo a Caborca. El zurdo estaba en el derecho, cuando se necesitó el relevo de “Chaveto” Reyna, Genaro jaló por Alfredo que se vino con notoria felicidad.

Tres hombres en base y abriendo el octavo sin out. Ponchó a los seis siguientes bateadores para conservar el triunfo para los “Pelillos”. Al abandonar el parque, Roberto Reynoso lo esperaba para preguntarle que si quería jugar béisbol profesional. Esa era la oportunidad que esperaba.

Ese año junto con Enrique Icedo se convirtió en un estelar del pitcheo en ese circuito lanzando con el equipo de Caborca. En su debut ganó 12 juegos y perdió 4 e impuso un récord de 48 ceros consecutivos, ayudando a los Rojos a ganar el campeonato.

Su arribo a los Yaquis de Obregón

En esa misma temporada, en un encuentro realizado en Nogales, teniendo como pitcher rival al “Win” López, El “Zurdito” Meza ganó 2-1. Por coincidencia, en la grada estaba Jaime Escobar, en ese entonces gerente del Club Yaquis de Cd. Obregón, quien al ver su calidad, de inmediato lo invitó, al igual que a Enrique Icedo, a los entrenamientos de su equipo.

Ya enfundado en la franela de los Yaquis (66-67) tuvo 8-6, con 85 ponches y un magnífico 2.36 de ERA, registros que le dieron el título de Novato del Año.

La siguiente temporada volvió a ganar ocho partidos (8-7) y de nuevo tuvo 2.36 de efectividad, además de abanicar a 76.

En el 67-68 lanzó para Guaymas y tuvo 7-7 con 2.76 y 77 K.

Como podemos ver, su efectividad fue arma letal para los bateadores.

Cuando se retiró el 78-79 con Mexicali, su ERA fue de 2.86.

A los Tigres

Sus logros no podían pasar inadvertidos:

Por ello, Héctor Barnetche, jugador de los Tigres del México, lo llevó a su equipo de la Liga Mexicana con quien jugó 9 años rindiendo magníficos dividendos.

Meza también lanzó para los Charros de Jalisco, Petroleros de Poza Rica, Tecolotes de Nuevo Laredo y leones de Yucatán, equipo con el cual colgó los spikes en 1979.

En trece años acumuló 59-63, con 3.64 y 483 abanicados.

En la Liga del Pacífico, además de los Yaquis, jugó con Navojoa, Mazatlán, Mochis, Guaymas y terminó su carrera con Águilas de Mexicali.

Su retiro del béisbol de la LMP fue en 1979. En ese mismo año en la Norte de Sonora ayudó a coronarse a los Tiburones de Puerto Peñasco bajo el mando del cubano Carlos Paz.

Entre los managers que recuerda con satisfacción es a José Luis “Chito” García y a Tomás “El Sargento” Herrera.

Para él fueron los dos mejores que conoció en su carrera de pelotero.

Con Mexicali

Pero también hubo con quienes no tuvo buena relación, citando a Vinicio García, de quien recuerda no le dio la oportunidad con Mexicali y, a pesar de que se lo pidió en forma repetitiva, lo dejó en el bullpen negándole la oportunidad de abrir.

Mánagers predilectos

Cita que cuando Mexicali debutó en la LMP (1976-1977) tenía en su roster de abridores a Ernesto Azcárrega, Felipe Leal, Ernesto Córdova y dos importados, quienes en el arranque de campaña perdieron sus juegos; el primero ante Naranjeros y los siguientes cuatro contra Guaymas.

Por ello, Antes del sexto partido (de la doble cartelera dominical), Meza recuerda que “Vinicio nos reunió y tiró la pelota al aire para ver quien la recogiera y quisiera lanzar, por lo que yo la tomé y vámonos”.

Fue así cuando Mexicali ganó con su pitcheo a los Ostioneros, convirtiéndose en la historia del club en el primero que ganó un partido en el “Nido” de los Águilas en su primera temporada en la LMP.

Esa noche lanzó 7 2/3 de entrada admitiendo una carrera, nueve hits, dos ponches e igual número de bases. Lo relevó Ernesto Córdoba el resto del juego. Pablo Franco fue el derrotado.

Sin embargo, señala que “su premio” fue que no le volvieron a dar la oportunidad de abrir en la campaña.

Además, sentía que no estaba preparado para relevista. El estrella del relevo con Mexicali en ese año era el Francisco “Diez” Maytorena.

En su segunda campaña tuvo como mánager a Ronnie Camacho… y tampoco le dio la oportunidad, pues lo relegó al relevo.
Bateadores más difíciles

“El Lobito” siempre señala que jugar béisbol profesional es una eterna anécdota y lleno de vivencias.

El bateador más difícil que le tocó enfrentar, sin titubear, nos dijo que fue Emilio Sosa, pues regaba hits por donde quiera. “Héctor Espino era tremendo, pero su swing era de jonrón”. Emilio era un chocador de miedo”.

En cuanto a “sus clientes”, prefiere no recordarlos, pues advirtió que todo el que traía un bat en la mano y se presentaba a la caja de bateo, era peligroso. “Todos bateaban y si tenías suerte, pues lo dominabas, pero no había seguridad con ninguno”.

Alfredo Meza, comentó que teniendo gente en base y viniendo al bat el gran Héctor Espino, no había más que persignarse, cerrar los ojos y lanzarle… sin duda, dijo, es el mejor jugador que le tocó conocer.

Está casado con María del Carmen Hernández Alarcón, con quien procreó a sus hijos Alfredo, Enrique, Iván, Adán, Bricia Cecilia y Rogelio.

“Su carrera, brillante; hizo historia al andar, por su gran capacidad para relacionarse; ejemplar padre de familia de familia, un hombre trabajador, esforzado, responsable y solidario, por ser un ciudadano de primera. Su ejemplo sirva para luchar con el denodado esfuerzo que él le impuso a su vida”, expresó aquella vez en su homenaje el colega y Cronista de la Ciudad de Puerto Peñasco, Amaranto Celaya Celaya.

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