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BEISBOL

NOCHE MÁGICA EN MAZATLÁN

Los récords, las historias, los batazos inolvidables y los grandes juegos que el gran Willie Aikens brindó a la afición mazatleca han regresado a la memoria de los miles de fanáticos que siguen a los rojos del puerto, cuando en una noche memorable y en verdad mágica, el número 24 que portó en sus épocas de jugador activo fue retirado en la casa y ante su gente que fueron testigos de las hazañas del cañonero estadounidense, en su paso por la Liga Mexicana del Pacífico.

 

A partir de este miércoles el número utilizado por Aikens tendrá un solo dueño, pasando a la lista histórica del equipo de jugadores cuyos números han sido retirados del roster, y jamás alguien podrá portarlos.

 

En una muy emotiva ceremonia, Aikens fue acompañado por el Lic. Omar Canizales Soto, en su calidad de Presidente de la Liga Mexicana del Pacífico, por su esposa Sarah Aikens y sus hijas Lucía, Nicole y la pequeña Sarah, recibiendo además el jersey distintivo con su número de manos de los peloteros Oswaldo Morejón, Walter Silva y Heber Gómez.

 

Después del homenaje Aikens declaró: “Estaba un poco emocionado, casi lloré, porque esta día es muy especial para mí, nunca pensé que algo así fuera a pasar para mí, que la gente después de tanto tiempo me recordara con tanto cariño”.

 

“Le doy gracias a Dios, a la directiva de Venados, a Andrés Cruz, a los dueños del equipo, pero sobre todo a los fanáticos. Deseo que este equipo vaya al playoff, y que sigan jugando bien”, concluyó.

 

Willie Aikens dejó grandes números con la escuadra de los Venados, ya que durante 3 temporadas, acumuló 56 cuadrangulares y 179 carreras producidas, además de 46 dobletes y 221 imparables totales, de la temporada 1986-87 a la 1988-89.

 

Aikens será recordado por sus grandes logros deportivos, sin embargo su fortaleza ahora, no se medirá por el poder de sus batazos, sino por la fortaleza para superar a las adversidades y convertirse en un ejemplo de como un ser humano es capaz de levantarse de sus propios errores.

 

«Dios está en los corazones de muchas personas y es por eso que me permite después de mucho tiempo regresar a Mazatlán y que Venados se acuerde de mí», declara Aikens.

 

«Antes que nada quiero darle gracias a Dios por el día que estoy viviendo aquí, después de mucho tiempo estoy de vuelta a Mazatlán, puedo ver a mi hija (Lucía) y ser reconocido por la directiva (Venados) por las tres temporadas que jugué aquí», puntualiza.

 

Nació el 14 de octubre de 1954 y jugó ocho años en Grandes Ligas (1977-1985) con los equipos Angelinos de California, Reales de Kansas City y Azulejos de Toronto. El mejor momento de Aikens al Ligas Mayores lo vivió en la Serie Mundial de 1980 con Reales al batear .400, con ocho empujadas y cuatro jonrones.

 

Es el único bateador en la historia de las Series Mundiales que ha conectado dos jonrones en dos juegos diferentes del mismo clásico de octubre.

 

Recordó que en su vida las malas decisiones lo perjudicaron y terminó por pagarlo: «Tomé varias decisiones malas en mi vida y por eso fui a la cárcel, cuando jugué con Venados en mi segundo y  tercer año aquí consumí drogas, no estaba bien en mi vida, también el alcohol fue parte de mi pasado, pero todo eso lo pagué al estar en la cárcel, en ese lugar me di cuenta de mi error y salí al cumplir mi condena con una mentalidad distinta”.

 

«Siento que mi vida cambió, salí con una vida más espiritual, con Dios en mi corazón, ahora trato día a día ser una mejor persona, trabajo con la gente novata en la organización de los Reales de Kansas City, quienes me dieron la oportunidad de trabajar, y tener a mi familia conmigo, es algo especial, es por eso que digo que Dios me bendice», concluyó.

 

Al finalizar la quinta entrada del segundo partido de la serie, en el que Venados enfrentó a los Águilas de Mexicali, una lona espectacular al fondo del jardín central descubría la imagen de Willie y su memorable número, el cual generaciones pasadas, presentes y futuras, recordarán no solo a un gran beisbolista de Venados, recordarán también un hombre que superó sus errores y ahora es un verdadero ejemplo de superación.

 

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