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BEISBOL

AL BAT

Felicidades a “Mi Sangre”

Por Jesús Alberto Rubio.

De nuevo en Hermosillo, amigos….

Atrasos en los vuelos aéreos, desde temprano, nos hizo llegar ya tarde a la capital sonorense, pero lo más importante fue que llegamos con bien, por lo que por supuestos mi Gris y un  servidor más que agradecidos con el Gran Ampayer Universal de Todos los Tiempos.

Le diré que en el vuelo Guadalajara-Hermosillo cruzamos por más de 40 minutos un área del cielo cubierta por nubarrones negros cargadas de agua (una mancha negra extendida por varios kilómetros) que parecía cuento de nunca acabar con todo y súplicas a todos los santos habidos y por haber para que saliésemos bien librados de tal situación, lo que afortunadamente finalmente así sucedió.

Bueno, ya instalados en casita tras gratísima recepción familiar, hemos recibido noticias al por mayor y una de ellas es enterarme que al doctor Vicente Arturo Carranza Fernández (“Mi Sangre”) recibió invitación del equipo Triple A de Tucson, sucursal de los Padres de San Diego, para que lance la primera bola el próximo diez de agosto previo al juego jugara contra Nueva Orleans.

Sin duda, gran homenaje para el galeno especializado en Medicina Deportiva, especialmente en la pelota profesional de México y Estados Unidos por más de tres décadas, por lo que también Al Bat se une a tan noble y digno reconocimiento.

Mis respetos a “Mi Sangre”.

Martín Dihigo

El colega Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga  nos deleita con un artículo (semblanza) de Martín Dihigo, el cual se lo comparto en nuestro blog REMEHIBE, de Conexión Cubana:

U n trabajo, en verdad, por demás excelso:

http://www.conexioncubana.net/blogs/remehibe/dihigo-visto-por-juan-a-martinez-de-osaba-y-goenaga/

Héctor Zaragoza López:

Escribí este mensaje, al día siguiente de la publicación del que enviaste, sobre la historia de un personaje característico en el umpireo y la rectitud del mismo. Me refiero a Amado Maestri.

Como siempre mi estimado Chucho, sabes llegar perfectamente al fondo de la historia; sabes comprender cada uno de los relatos que amigos y compañeros te muestran y los interpretas tal y cual estuvieras en el mismo momento y terreno.

Mi ilusión más grande sería llegar a ser como lo eres, todo un receptor de acontecimientos que quedan perfectamente grabados en tu memoria y que sabes enviar en forma significativa a cada uno de los que tenemos el privilegio de conocer tu escritura.

Mi Chucho, anécdotas como éstas son las que quedan impresas para siempre; son las que brillan con la intensidad de un diamante puro y las que nos dan vida para continuar dando a conocer lo poco que sabemos a cerca de este deporte que en años postreros fue el primero, tal y como lo dice el comentario sobre Amado Maestri, que se vivió en el famoso Delta de los años 40’s donde se albergaron más de 30 mil aficionados.

Imagínense, “algo parecido” al día de hoy en el Estadio 18 de Marzo de 1938 en la vecina población de Minatitlán donde cerca de 500 aficionados acuden a presenciar un juego protagonizado por los petroleros.

Mi Chucho, ese gran umpire de beisbol, Maestri, como su apelativo lo indica, era un verdadero maestro, así lo calificaría yo, puesto que conozco perfectamente bien la personalidad de los presidentes de Ligas, Clubs y organizaciones, los que se creen los amos y señores del banquete.

Creo que Maestri, demostró su capacidad de juez y árbitro; que era mejor perder un trabajo que humillarse ante quien deseaba cambiar una decisión otorgada en el momento.

Hoy en día, podría surgir algo parecido y creo yo, es mi punto de vista, que otro árbitro hubiese cambiado la decisión y humillarse ante don poderoso se presentara.

Durante mi estancia en la crónica deportiva, solamente 52 años cumplidos, como decimos por estas tierras, 52 y pico, he tenido la oportunidad de tratar con gran cantidad de umpires, réferis, árbitros o como se les quiera decir.

Son jueces y no parte, son los hombres que pueden ser catalogados como sanos en su decisión o drásticos en las mismas, pero en fin, cumplen con un cometido que pocos tenemos el privilegio de realizarlo.

Conocía por estas tierras veracruzanas a tres hombres de los que me enorgullezco hablar, estos son, Zenón Ochoa (+), Félix Zulueta y Manuel “Mono” Martínez Montes (+):

Los tres vecinos, el primero de Alvarado, Veracruz, quien falleciera en la ciudad de Hermosillo, que lo adoptó como hijo predilecto y donde una unidad deportiva de beisbol infantil lleva su nombre; el segundo, tabasqueño de origen, y el tercero, veracruzano de nacimiento, adoptado en Coatzacoalcos, y quien participaba en el beisbol regional, estatal y Liga Mexicana en pocas y contadas oportunidades para sustituir a un elemento que por “X” motivo no acudiera al compromiso.

Los tres en mi concepto, eran verticales y en pocas ocasiones se les podía ver de otra manera; el primero de los mencionados, discutía enormemente con Miguel “Becerril” Fernández, quien no aceptaba sus decisiones y recuerdo una anécdota, que hace apenas unos años, antes de su partida al más allá, comentábamos lo siguiente.

“Becerril” Fernández, le indicaba en una ocasión, “oye, no seas pen… ¿qué no vez?; ese lanzamiento no fue strike, y la respuesta fue la siguiente, “si yo viera, estuviera bateando por ti, baboso” y otras cosas más, me indicaba Zenón, que le dijo al llamado “Becerro de Oro”.

El segundo, tuvo una agria discusión con Benjamín “Cananea” Reyes, por una según este último una mala decisión y de un golpe en el rostro que le dio el primero por lo que Félix decidió no continuar en el beisbol como umpire, puesto que no encontró apoyo de los directivos del beisbol de la Liga Mexicana. En aquella época Pedro Treto Cisneros ya era el presidente del circuito.

Y sobre Manuel Martínez, de este radicado en el puerto, sólo le conocí airadas reclamaciones que le realizaron, pero nada de consecuencia, siempre fue muy prudente a la hora de las mismas.

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