Respeto al jugador
• ¡Por favor, fanáticos!; Snyder; Ayala y Silva; Treviño y Cobb.
Por Jesús Alberto Rubio.
Para la historia, caray: Brad Snyder pegó un grand slam y otros dos vuelacercas para instalarse en la LMP como el octavo pelotero que pega tres de esos obuses de oro en un juego de nueve entradas en postemporada y, obviamente, con su seis producidas ayudó en gran forma a los Águilas de Mexicali a ponerse a un triunfo de avanzar a la siguiente ronda. Una rotunda victoria de 13-6 ante unos Tomateros a quienes su afición se les han echado encima y de a feo, lo cual, por supuesto, no se vale ni es justo.
http://www.ligadelpacifico.com.mx/index.php/noticias/5138-gran-noche-de-snyder,-tercer-triunfo-ante-tomateros.html
¿Qué ha sucedido esta vez con la poderosa franquicia de Sinaloa?
Lo que sea, cualquier causa/factor que la tenga contra la pared, no justifica esos ataques de los fanáticos sobre los jugadores en su propio dog out porque antes que todo debe prevalecer la madurez, respeto-equilibrio al pelotero y al mismo espectáculo.
Recordemos, amigos: con nuestros equipos, de cualquier plaza, se debe estar en las buenas y en las malas apoyándolos desde las gradas como factor motivacional, además de que ir al escenario, ¡señores, es del todo recreacional y de convivencia social! No siempre se gana. Ya ve lo sucedido en Obregón con un público que por los malos resultados del equipo ¡se alejó del estadio! Con todo y su tricampeonato, título del Caribe (tres banderines en cinco años).
¡Por favor….!
Ser fanático, es negativo; deja qué desear; es mejor ser aficionado para disfrutar en todo esplendor el beisbol. Usted lo sabe usted mejor que yo.
Ayala y Silva
Mientras que el stopper Luis Ignacio Ayala tiene el potencial de instalarse de nuevo en la Gran Carpa con Cleveland, Baltimore o Detroit, Walter Silva tuvo exitoso debut con los Gigantes de Cibao en el play off de, béisbol de República Dominicana.
El Venado de la LMP llamado como refuerzo lanzó poco más de cinco entradas para vencer 4-3 a las Águilas Cibaeñas. Sus registros fueron de seis hits, tres carreras, una base por bolas y seis K.
Bien, por Walter.
Recuerdan a Treviño
Domingo Setién Fernández y Carlos Rodríguez Candila rfecuerdan a Ricardo Treviño:
El primer colega expresa: “nos unimos al dolor que invade al beisbol, y a la familia Treviño por la pérdida de Ricardo Treviño, uno de los grandes héroes en los viejos tiempos, de los Pequeños Gigantes de Monterrey. Descanse en paz”.
Por su parte, Carlos, acota: “difícil de aceptar, pero los GRANDES trascienden así como lo hizo desde PEQUEÑO. Condolencias a su familia. Ricardo fue uno más que nos dio a conocer mundialmente”.
De aquellos héroes de Williamsporte, sólo quedan entre nosotros Ángel Macías, Pepe Maiz, César Faz (el mánager); Gerardo González, Rafael Estrella, Enrique Suárez, Jesús Contreras, Roberto Mendiola y Mario Ontiveros. Ricardo murió en Monterrey a los 68 años de edad a causa de una influenza que contrajo en los últimos días por los cambios climáticos.
También ya están en el cielo: Norberto Villarreal, Francisco Aguilar, Baltasar Charles, Fidel Ruiz, Alfonso Cortés Cuadra y el coach José González Torres.
¡Loas a cada uno de ellos!
Edwin “Kako” Vázquez
Ty Cobb: villano, presumido y arrogante dentro del terreno de juego.
Ty Cobb fue el jugador más odiado y temido en las mayores, durante su carrera como pelotero sus amigos fueron pocos.
Su enemigos siempre trataron de arruinar su carrera de alguna manera a lo largo y ancho del país. Se dice que nadie de sus compañeros de equipo lo aceptaba como pareja de dormitorio. Se enfrentó a los puños a peloteros, fanáticos y sus propios compañeros de equipo.
Dondequiera que jugaba levantaba una esfera de odio violento y peligroso siendo escoltado muchas veces por la policía. En una ocasión fue atacado por un hombre armado con un cuchillo quien había jurado matarlo, Cobb evitó la agresión y todo quedó en suspenso. En otra ocasión una turba de fanáticos eufóricos intento secuestrarlo para lincharlo, pero escapó y salió ileso.
Se dice que cuando Cobb llegó al ocaso de su carrera, la temporada 24, entró en un slump y en un partido en el cual los Tigres necesitaban ese ataque ofensivo el dirigente le indicó a Cobb que pondría un bateador emergente por él.
“El Melocotón de Georgia”, como lo llamaban, le dio una mirada no de amigos al dirigente y le gritó delante de todos: “Jamás de los jamases permitiré que alguien batee de emergente por Ty Cobb”.
Aunque fue el rey de los problemas por su forma de ser, hay que admitir que era un coloso en el campo de juego.
Fue un pelotero de clase: se robó 892 bases, bateó para .400 o más en tres ocasiones, dos de ellas consecutivas (1911-12) y la otra en (1921). En 12 ocasiones ganó el título de bateo, (9) de ellos consecutivamente. Su promedio de por vida fue de (.367) el más alto de todos los tiempos, y hay más de (90) marcas que llevan el nombre de este caballero.
En su última temporada bateó para .323 y logró acumular 4,191 hits, el mayor de la historia del béisbol de MLB.
Aunque Cobb fue el más villano más notorio, arrogante, presumido del beisbol de las Mayores fue el primero que fue elegido para el Salón de la Fama en Cooperstown.
