El torero Federico Pizarro fue el único que cumplió en la corrida del 40 aniversario de la plaza Calafia, en una noche donde los toros quedaron a deber mostrando la mayoría falta de casta.
Cerca de 3 mil aficionados en la plaza del Centro Cívico se quedaron con las ganas de disfrutar una noche redonda con toreros que poco pudieron hacer ante los toros que salieron mansos y con patas débiles de la ganadería Golondrinas.
Lo único rescatable fue el primero de la corrida nocturna, cuando Pizarro, nativo del Distrito Federal y quien tomó la alternativa el 27 de noviembre de 1993 en Juriquilla, logró una tanda de pases, matando con certera estocada para que el juez le otorgara una oreja, cosechando los aplausos de los aficionados.
La esperada presentación del español Juan José Padilla llegó al enfrentarse a Comelón de 503 kilogramos luciendo en el segundo tercio, cuando banderilló y mostró su clase con tres pares de banderillas, la última con un par de Calafia, ganando aplausos en los tendidos.
Padilla mostró su clase con la muleta logrando varias tandas, la más lograda con una serie de rodillas.
El español nacido en Jerez de la Frontera, logró una estocada profunda pero el toro no cedía y debió matar con descabello, llevándose una carretada de aplausos.
Pero a partir del tercer toro, los astados empezaron a mostrar debilidad en sus patas y la corrida se vino para abajo a pesar de la enjundia de los matadores.
Poco pudo hacer en su primer de la noche Arturo Saldívar con Bohemio que llegó con un tonelaje de 458 kilógramos pero con poca profundidad en sus embestidas y el joven mexicano apenas le sacó algunos muletazos.
Lo poco que pudo hacer fue una serie de muletazos en el centro del ruedo que coronó con un pase de pecho, recibiendo apenas algunos aplausos luego de matar con media estocada y puntilla.
De nuevo apareció Pizarro con el cuarto de la corrida pero el toro luego de tres banderillas en lo alto mostró debilidad en las patas y constantemente aterrizaba en la arena, impidiendo al matador sacarle jugo a sus series.
Pizarro mató de media estocada y con 2 puntillazos, para recibir algunos aplausos de los asistentes.
La esperanza de los fanáticos se puso en el español en el quinto de la noche, pero fue el más débil y sin casta que duro apenas unos minutos sobre el ruedo.
Padilla no vio por donde sacar algo de provecho y se lanzó a matar con la espada y terminó con el descabello.
El toro Modelo de 455 kilógramos fue la última oportunidad para ver algo decente pero de nuevo el voluntarioso Saldívar no logró cuajar la faena ante la debilidad del astado.
Apenas dos cortas series con la muleta y ante la desesperación de los aficionados por no ver una noche de triunfos, mató al último de la corrida.
