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BEISBOL

DE SAN JUAN A LA GLORIA

 

Por: Darien Medina Bonilla

mbon@upr.edu.cu

Sobre el San Juan de Pinar del Río, en donde nacieron los vegueros la tarde es gris, una fina llovizna cae sobre sus calles desiertas, hay silencio, la tarde es extraña, sin sol y ese fresco al que acá le llamamos frío se apodera de este pueblo.

Lejos, en el otro San Juan el de Puerto Rico, la tarde igual es gris, aunque del Hiram Bithorn se desprenda una luz especial, ahí está Cuba y su equipo de béisbol, 55 años después vuelven a la final de una Serie del Caribe.

Parecían un equipo muerto hasta la noche anterior, hasta que se acordaron que el béisbol es un juego y un juego es diversión y ahí todo cambió. Fue una noche mágica, de esas tantas con las que ha contado la pelota cubana, de las que habíamos echado de menos durante tantos años.

Quedaba otro desafío, se llamaba México y sus Tomateros, Yosvani Torres el lanzador cubano, Anthony Vásquez era su rival. Cuba volvía a salir con su uniforme de las cuatro letras, otra muestra de que esto más que Pinar del Río es CUBA.

Y no era momentos de reproches ni cuestionamientos, es una final y ahí estábamos, y pronto dejamos claro nuestra intención GANAR. Yulieski Gourriel luego de dos out conectaba sencillo, Alfredo Despaigne lo imitaba, la tanda de los grandes nombres quería llenarse de gloria, entonces Cepeda, al que se le ha agregado un nuevo adjetivo a su nombre y es el de Grande volvía a responder.

Cuando Cuba necesitó un líder el espirituano respondió, ese vacío de liderazgo parecía vacante en todo este torneo hasta que llegó Cepeda, así comenzaba el apoyo ofensivo a la labor monticular de Yosvani Torres.

Y el pinareño respondió, desde el box fue un coloso, el pinareño lanzó el juego de su vida, en el partido más importante de su carrera deportiva. Durante 6 entradas sus lanzamientos fueron indescifrables para la ofensiva tomatera que solo pudo conectarle dos indiscutible.

Los bateadores cubanos lo apoyaron con dos anotaciones, en el 4to, Luis Yander La O empujaba a Saavedra desde la intermedia poniendo el partido 2×0.

En el 5to México respondió, en el único momento de debilidad en la monumental labor de Yosvani Torres y anotaban su carrera. El juego se cerraba y la tarde en los dos San Juan continuaba siendo gris.

Nadie se sentía campeón, los bateadores cubanos quedaban hechizados antes los lanzamientos de Vásquez y luego de Delgadillo, dos nombres de un staff de pitcheo que pareció siempre el más sólido de este torneo.

En la 7ma entrada Torres daba su lugar a su coterráneo Moinelo, otra joven promesa salida de la escuela pinareña de lanzadores. El zurdo se enfrentaba a una situación difícil, sin out había hombre en la inicial, el empate estaba ahí, el público gritaba Cuba, Cuba para hacerlo sentir como en casa y el muchacho se sintió como en su patio. No hubo nada, aún cuando en el intento de sacrificio de Rusell el tiro a 2da pareció corto el guante de Valdés levantó una pelota que luego lo hizo todo más fácil, Many Rodríguez se ponchaba e Ibarra era retirado en elevado al central, Cuba daba otro paso al título.

La ventaja no era definitoria, se necesitaba una para respirar mejor y esa salió del bate de Yulieski Gourriel, con su jonrón por el izquierdo. Nos debía algo así desde hace rato Yulieski.

El sueño parecía más cerca. En el 8vo capítulo México se declaró su ahora o nunca. Abría Moinelo con base por bola y luego un indiscutible, entonces era el momento para el lanza llamas cubano Héctor Mendoza otro joven que pinta a grande.

No pudo impedir que México anotara su segunda y la ventaja volviera a ser asfixiante, Cuba toda estaba en San Juan el sueño volvía parecer lejano, Mendoza en el box, Meneses en el cajón de bateo y en segunda base el empate, respiro o al menos eso intento, en un respiro se puede ir la vida y en un lanzamientos muchos sueños, Mendoza y Cuba toda querían ese sueño y por el vamos, el muchacho lanza, fly a los jardines y a tres out de ser campeones del Caribe.

El resto de la historia fue menos dramática, con ponche Cuba culminó su sueño, Pinar del Río 55 años después se llevaba el cetro en una Serie del Caribe convirtiéndose en el primer equipo en Series Nacionales en llevarse este título.

Título que reanima a nuestro béisbol, relanza a la pelota cubana, que dice AQUÍ ESTOY. Otra demostración de que en esta tierra el béisbol es algo así como una leyenda que traspasa de generación en generación, es parte de la mística de mi isla.

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