Uno fue dos veces campeón mundial en Peso Ligero y el otro hizo lo propio en la división de los Mosca, son José Luis Castillo Godínez y Rubén Sánchez León, uno cachanilla por adopción y el otro por nacimiento.
Ambos elegidos el viernes pasado para ser entronziados al Salón de la Fama el próximo 21 de octubre.
Con incursión de «El Temible» y «El Yiyo», ahora serán 12 los personajes del pugilismo los que descansen en las paredes del prestigioso Salón de la Fama, recordando que años atrás los entronizados fueron Gilberto Román y Juan «Kid» Meza en la primera generación, el entrenador Guillermo Valero Meré en la tercera, Arturo «Tury» Pineda en la cuarta, Raúl «Chango» Soriano en la sexta, Javier «Changa» Márquez en la séptima, Jorge «Maromero» Páez y Gerardo «Güero» Ferrat en la octava, y finalmente, el olímpico Ernesto Ríos Jiménez en la novena.
La entronización de José Luis Castillo nacido en Empalme, Sonora y de Rubén Sánchez León, oriundo de la Colonia División del Norte, viene a ser un gran premio a su brillante trayectoria boxística.
Castillo, arribó a Mexicali con apenas 16 años de edad y fue aquí, donde nació boxísticamente hablando, llegando su real despunte internacional cuando noqueó al «Maromero» Páez en 1999, para hacerse del título de la Asociación Internacional de Boxeo (AIB) de Peso Superpluma.
Luego de eso, todo fue cuesta arriba y en el año 2000 llegaría la gran gloria cuando venció por decisión mayoritaria a Steve Johnston para conquistar el cerro Ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Tras dos defensas exitosas, perdería ese cinturón en el que hasta ahora de considera el «robo del siglo» cayendo por decisión unánime ante Floyd Mayweather Jr.
Fue hasta el 2004, cuando José Luis Castillo recuperaría ese mismo título al derrotar por decisión unánime a Juan Lazcano.
Al final el boxeador formado el Gimnasio de Julio Yáñez en la Colonia Baja California, se retiraría con récord de 66 triunfos, 57 de ellos por nocaut, 13 derrotas y un empate. Presumiendo en ese trayecto reconocimientos como el de protagonizar una de las mejores peleas de los últimos tiempos ante Diego «Chico» Corrales en el año 2005 y el haber sido contratado por el gran Julio César Chávez para que fuese durante años, su sparring principal.
De Rubén Sánchez León, su historia es igualmente exitosa, siendo el último campeón mundial 100 por ciento cachanilla, hazaña que duró 21 años hasta que el sanfelipense Elwin «La Pulga» Soto se erigiera como el mejor del orbe en el 2019.
Sanchez León, tuvo un sello característico durante su carrera profesional; su bravura, la cuál acompañó en todo momento de su buena pegada, siendo esa la llave que le abrió las puertas del paraíso, pues luego de fracturarle la mandíbula al argentino Carlos Salazar, de alzó como el campeón del mundo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) de Peso Mosca, en una inolvidable velada celebrada en el Auditorio del Estado que presentó un lleno a reventar.
Una defensa exitosa en Italia ante Salvatore Fanni y guerras protagonizadas antes púgiles como Gabriel Muñoz, Manuel Saravia o Melchor Cob Castro, redondearon una carrera que de cerró con 33 triunfos, 15 de ellos por la vía rápida, 17 derrotas y un empate.