TIJUANA, Baja California.— Hace cuatro, mientras competía en la
alberca del complejo acuático del Centro de Alto Rendimiento de Baja
California en la Olimpiada Nacional, la clavadista tapatía Alejandra
Orozco tuvo la oportunidad de conocer a Paola Espinosa, a quien le
pidió tomarse una fotografía con ella.
Alejandra nunca se imaginó que competiría al lado de la entonces
medallista de bronce de Beijing 2008, algunos años después.
“No me lo imaginaba, la verdad hacer los sincronizados con ella fue
una gran sorpresa para mí”, dijo sobre esa experiencia. “Me avisan
meses antes de los Juegos Olímpicos, nunca creí que fuera eso posible,
pero si se dio la oportunidad era simplemente trabajar en ello”.
El objetivo se logró. Su vida cambió a raíz de su selección y
participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los que al
lado de Paola, ganó la medalla de plata en los clavados sincronizados.
“Es un gran compromiso, viene con el paquete, parte de todo, pero
también regreso a la Olimpiada Nacional con gusto por que es una de
las competencias que más disfruto con mis amigos y los mismos
competidores de mi edad”.
Alejandra ganó dos medallas de oro en su primera participación dentro
de la edición 2013 de la Olimpiada Nacional en la Categoría Grupo A,
Sub 19. Sus dos primeros títulos se dieron en los clavados
obligatorios y generales en el trampolín de un metro.
En la primera modalidad cerró con 174.55 puntos y en la segunda con
359.35 para dar dos preseas a su estado, y también como parte de su
preparación para compromisos internacionales.
“Estoy muy contenta, simplemente esto es por lo que hemos estado
trabajando y el haber tenido este resultado es algo muy bueno, aunque
todavía tenemos más pruebas y hay que seguir echándole ganas”,
mencionó.
La atleta que todavía tiene seis pruebas pendientes en la actual
olimpiada que se celebra en Tijuana, mantiene su régimen disciplinario
que le ha dado resultados para seguir preparándose a fondo y dar lo
mejor de sí.
“En mi día no hay más que entrenar”, indicó. “Me levanto y me voy al
Code-Jalisco, donde entreno, ahí hago dos sesiones, en la mañana de 7
de la mañana hasta el medio día, me quedo a descansar un rato, como, y
después regreso a las tres y hasta las 7 y media seguimos practicando,
para luego llegar a casa a cenar y dormir”.
Esta rutina, aparentemente sencilla, es la que ha marcado su vida y su
ruta hacia el éxito. Alejandra la comparte con un mensaje a las nuevas
generaciones de atletas y clavadistas:
“No descuiden sus sueños. Échenle muchas ganas y recuerden que el
éxito de una competencia es el resultado de un entrenamiento fuerte y
continuo”.