Carla y Shanelly
Por Jesús Alberto Rubio.
Lo agradable del béisbol profesional en México es ver cómo cada vez más arriba a las transmisiones de pelota/entrevistas de la belleza y el talento femenino, lo que unido a su profesionalismo, entusiasmo y simpatía, por supuesto que enriquece el horizonte del pasatiempo rey.
La diversidad de jóvenes colegas se despliega a través de importantes funciones de narradoras, cronistas, reporteras, comentaristas, encargadas de medios, prensa, relaciones públicas, columnistas, camarógrafas, reporteras gráficas, etc., dándole también un plus a sus medios-empresas de comunicación impresa, audiovisual/internet, e incluso a las franquicias donde se insertan con gran perspectiva y desarrollo profesional.
Como noble y grato ejemplo –a manera de aplauso y reconocimiento–, le voy a citar dos excelentes colegas que enaltecen al béisbol: Carla Bustamante, directora de Relaciones Públicas de los Naranjeros de Hermosillo, y Shanelly Guzmán, comentarista de TV para los Rojos del Águila de Veracruz.
Daniel Fausto, Shanelly Jorge Ortega, en A y M Sports.
Tanto Carla como Shanelly (orgullo del ex receptor Marco Antonio “El Buzo” Guzmán), así como otras representantes de su generación que han arribado y ya permean en distintos ámbitos del mundo laboral como excelsas comunicadoras, muestran un agradable perfil como modelo a seguir por quienes hoy también se forman en bachillerato y universidades, como sucedió con ellas dos.
Bien por Naranjeros y El Águila de Veracruz por tener en sus filas a tan dignas representantes de la nueva generación de la información y la comunicación, quienes cotidianamente dentro y fuera del terreno de juego expresan de una y otra forma su amor por el béisbol.
BERNABE LOPEZ PADILLA:
Estimado Jesús: Hace rato que vengo escuchando la palabra «fundamento», para señalar las cosas básicas del béisbol donde cada maestro tiene su librito. Y fundamentos hay muchos.
En el caso del elevado que cayó entre el pitcher, el catcher y el tercera, yo considero que era del tercera base, que es el que traía de frente la pelota y tan es así, que el tercera gritó que el ya la tenía bien ubicada y fue allí donde el catcher hizo un movimiento corporal que indicó que se hacía a un lado, no obstante que el prácticamente la tenía en sus manos.
El librito, que nadie conoce, nos dice que el que viene de frente tiene mejor visión sobre la pelota desde que ésta es bateada, cosa que no es así con el receptor, quien por la posición en que juega, tiene que levantarse repentinamente y buscar la pelota en el cielo y todo eso produce sensaciones de mareo, que si bien es cuestión de segundos, lo desfavorece a la hora de fildear elevados.
Si yo hubiera sido el catcher, desde el primer momento le hubiera gritado al tercera que era de él y si hubiera visto que no le llegaría se la dejo al pitcher, que también la tenía de frente, no hay que olvidar que el pitcher es un filder más, aunque mucha gente cree que sólo están para lanzar, lo cual es un error.
Una cosa es cierta, muchos catchers para hacerse los valientes se meten a fildear todo lo que les queda cerca dentro del cuadro, aun sabiendo su desventaja (el mareo).
Posiblemente tu escuchaste hablar de Raúl Navarro, un catcher cubano que jugó con los Cañeros en la Liga de la Costa y se quedó a vivir en Los Mochis; él enseñaba a sus jugadores que el beisbol es un juego de inteligencia, más que de «cojones», aunque también se necesita, pero, decía, «no por mis cojones le voy a quitar una pelota al left filder si yo soy el short stop y voy corriendo de espaldas al home, lo inteligente es que el que viene corriendo con la bola en el aire frente a él, ese tiene todas las posibilidades de atraparla.»
Claro, un short que fildea muchas bolas yendo hacia atrás y metiéndose en el terreno de los filders, la gente lo considera muy valioso, pero, la mayoría de las veces evita que el jardinero, por no chocar y sufrir una lesión le deje la pelota y es allí donde un out se convierte en jit.
En fin, esa es mi visión; y cada quien tendrá una distinta.
Enseguida, Bernabé agrega otro comentario sobre el tema:
Jesús: Sobre mi opinión de que el tercera base debió quedarse con la pelota, me deja muy tranquilo la opinión del doctor Carlos Rodríguez Candila, gran colaborador tuyo y que es muy ecuánime y acertado, ya que sin ponernos de acuerdo, expresó lo mismo que yo sobre los mareos del catcher y además agregó otras circunstancias que complementaron lo que yo digo; lo que indica que me siento como cuando el maestro te califica con DIEZ, y el Maestro Rodríguez Candila, sabe mucho de béisbol y a través del tiempo que llevo leyéndolo me he percatado que es un hombre justo.
Conste, que no es porque ahora coincidimos, ya que en otras veces hemos estado en desacuerdo, lo cual no me molesta.
Lo cierto es que esa jugada ha despertado mucho interés, comentándose mucho, y he escuchado que pocos están de acuerdo con Poncho López Celis, que declara que fue error.
Yo estoy a favor de que es un error. Una jugada tan simple donde hay tres fildeadores capaces de atrapar la pelota, el hecho de que nadie la atrape, es un error (horror) de alguien, pero es error.
Imagínate que el pitcher estuviera lanzando un juego perfecto o sin jit ni carrera, ¿le quitarían el sin jit al pitcher?….. Creo que no, entonces buscarían a quien se le carga el error y como dije, en esta jugada, el lenguaje corporal de los actores, me señala al tercera base culpable del error. Un saludo cordial para ti y tus fans.
JUAN EMILIO BATISTA CRUZ:
Mi saludo fraternal, querido Jesús. Creo sinceramente que en un alto nivel de béisbol, nunca una conexión de ese tipo debía ir al suelo. Es sencillamente inexplicable y jamás justificaría que se anotara jit a un hombre absolutamente dominado. Desde mi punto de vista, en este caso el error debió cargarse al antesalista que, según mi apreciación al observar la jugada, estaba en las mejores condiciones para atrapar la bola.
Son las cosas que pasan en nuestro Rey de los Deportes. Te adjunto comentario sobre lo ocurrido en los dos primeros juegos de la gran final por el título cubano de béisbol en la actual temporada. Seguimos en contacto. Un abrazo, Juan Emilio.
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