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logo charros¡Hola, Guadalajara!; adiós, Guasave

•        Se recuerda sus tres años en la Costa del Pacífico como Medias Azules; tienen dos banderines en la LMB

Por Jesús Alberto Rubio.

Mientras la afición beisbolera de  Guadalajara está de plácemes y llena de júbilo, la de Guasave, ni me pregunte.

Por supuesto que en “Guanatos” entre los más contentos por el retorno del béisbol a la Perla del Pacífico están nuestros dilectos Jaime Corella y Porfirio Magaña Carrillo… ¡Ya si no!

Mire: cuando el río suena, es que agua trae…. Y así sucedió con la confirmación del traslado de los Algodoneros de Guasave a Jalisco para ondear el nombre de Charros a partir de la próxima temporada de la LMP.

El castigo a la afición que se alejó del estadio “Francisco Carranza Limón” se hizo realidad y obviamente ha sido muy duro; como un golpe directo al mentón ¡y a la lona!

Por supuesto, esto no quiere decir que el béisbol de la LMP se ausentará por siempre de Guasave. Ya vendrán mejores tiempos, ojalá.

De Pozoleros a Charros

La historia del béisbol profesional en Jalisco nos da referencia de que en la  desaparecida Liga Central vieron  acción los Pozoleros, considerados el primer antecedente de la primera época de los Charros de la Liga Mexicana entre 1949 y 1952.

Con lo que respecta al origen del nombre de los Charros, se dice que una vez el equipo fue a jugar a Chihuahua y de paso en un pueblito compraron sombreros de ala ancha para cubrirse del sol, los cuales traían puestos al llegar… de ahí el mote.

El primer campo en el cual jugaron los Charros estaba localizado en el barrio de Analco cerca del parque del Agua Azul, en los terrenos que ocuparía posteriormente la antigua Central Camionera, donde jugaron hasta 1952, año en que ese escenario desapareció por la demolición para crear el inmueble, además de la falta de capital para el sustento del equipo.

Medias Azules

En la Liga de la Costa del Pacífico se presentaron con el nombre de Medias Azules en el invierno de 1952-1953, ya que Guaymas y Mochis tuvieron problemas económicos y abandonaron al circuito al no tener aficionados en sus parques. (Su primer año se llamaron Medias Azules de Guadalajara para después, las siguientes dos campañas, cambiar el nombre a Charros de Jalisco).

Fue así como los Charros se convirtieron en los “benjamines del circuito al que ese año retornó la plaza de Hermosillo tras dos años de ausencia.

Integraban al equipo, los receptores Luis “Texano” Castro y Joe Sandoval; pitchers: Armando “Indian” Torres, Jesse Gómez, Oscar Martínez, Reyna Rodríguez, Bill Stites y Van Cuyck (exDodger de Brooklyn); Gran Dunlap (1ª. Base), líder de bateo y jonrones de la Liga de Texas; Romualdo Urías (2ª. Base), Joe Joshua (3ª. Base), Johnny Bero (ss); los jardineros, Héctor Leal, Agustín Bejerano y Jay Ragni, Fermín “Burbuja” Vázquez, “Calolo” Estrada; “Indian” fue el timón, quien luego fue sustituido por Johnny Bero.

Con la salida de los equipos antes mencionados, Guadalajara fue el más socorrido haciendo un cambio profundo en su line up, siempre apoyado por los directivos para que no abandonara el circuito, tomando de Los Mochis a Memo Luna, Ramiro Cuevas, Ricardo Garza, Papelero Valenzuela y Herman Lewis; y de Guaymas, a Santiago “Dumbo” Ayala, (vive en Phoenix, Arizona); Manuel Magallón, Beto Rodríguez, Aurelio Espiricueta, Lonnie Sommers y Jesse Douglas.  Esa vez, Garza impuso récord de triples (9).

Sin embargo el equipo nunca pudo avanzar, manteniéndose entre los 10 y 15 juegos del primer lugar terminando la temporada solo arriba de Hermosillo, que se convirtió en amo y señor de las tinieblas.

Guadalajara pagó el noviciado y estuvo a un paso de salir del circuito en aquel enero tormentoso de 1953, pero los arreglos con la directiva de la Liga fueron aceptados para continuar en una aventura que al final de cuentas, años después,  no iba a tener final feliz.

Alfonso Araujo nos recuerda que “en esa temporada, faltando dos semanas para terminar con el rol regular, vino el anunció de la presidencia de la liga, que estaba en Ciudad Obregón y que la presidía, don Alfonso Robinson Bours, que la liga terminaba, porque las pérdidas eran enormes, otorgándole el campeonato a los Venados de Mazatlán, que contó con grandes peloteros, como Ángel Castro, Daniel Ríos, Epitacio “La Mala” Torres, entre los mexicanos y extranjeros, como Nippy Jones, Rip Repulski, Geo Genovese, Eddie Barr, Arnie Landeck, Lino Donoso y William “Barney” Serrell. Navojoa terminó en segundo lugar a 4.5 juegos del liderato, en tercero, Obregón, en cuarto, Culiacán, en quinto, Guadalajara y en la cola, Hermosillo.

El inmortal, Ángel Castro, fue el Jugador Más Valioso, al conectar 16 jonrones, ser líder en producciones con 56 y terminar por arriba de la cifra mágica. Daniel Ríos, fue el número uno en victorias con 14-4 y en efectividad con 2.06 y otro Venados, Lino Donoso, encabezó los chocolates con 96.

Hubo varios nuevos talentos que destacaron, pero el mejor fue Refugio “Cucón” Bernal de los Naranjeros, siendo nombrado, Novato del Año. Fue el primero de tres títulos seguidos, que ganaron los Venados, bajo el mando de Memo Garibay”.

Luque, de mánager

En su segunda campaña los Medias Azules tuvieron de mánager al gran Adolfo Luque y luego terminó a José Luis «Chile» Gómez, quien empezó la tercera temporada, pero en su lugar llegaron, primer Adolfo “Tribilín” Cabrera, y luego Al Smith.

En esa campaña también tuvieron en el roster notables jugadores como Sam Hairston, Jesse Douglas, Dan Bankhead, Bibí Crespo, Ricardo Garza, Memo Luna, el empalmense Rumualdo «Changarro» Urías, el orgullo de Hermosillo, «Dumbo» Ayala,  entre otros.

Y dijeron adiós al finalizar el torneo 54-55, devolviendo la cortesía a los mochitenses, que a partir de entonces se conocen como Cañeros. En las tres incursiones, terminaron en quinto puesto.

En la LMB

La historia oficial de la franquicia, en su segunda etapa, está registrada de la siguiente forma:

Los Charros de Jalisco ingresaron a la LMB en 1964, pero en 1976 partieron a Durango, en donde el recordado doctor Álvaro Lebrija, engendró a los Alacranes que tampoco duraron mucho.

Su época de oro ocurrió cuando dirigidos por Memo Garibay obtuvieron los banderines de 1967 contra Reynosa, y el de 1971 con “Cananea” Reyes, teniendo como sede el Estadio del Tecnológico de la Universidad de Guadalajara cuya capacidad fue para 4,000 espectadores.

Ambos los recuerda la afición jalisciense con nostalgia, orgullo y cariño, pero especialmente el segundo por haber logrado el título luego de estar abajo en la serie por tres juegos a cero ante los Saraperos de Saltillo.

Es inolvidable ese triunfo, no por el campeonato en sí, tampoco por que fue el primero de una larga lista de éxitos para el mánager Benjamín Cananea Reyes, sino por el hecho de ser haber sido el único equipo profesional en béisbol en levantarse de un adverso 3-0 para terminar imponiendo su ley 4-3.

Para el logro del primer título tuvieron a notables figuras del pitcheo como Andrés Ayón (25-6); Juan Suby, Manuel Lugo, Simón Betancourt y  Waldo Velo. A la ofensiva, a Orestes “Minnie” Miñoso, Idelfonso Ruiz, Gabriel Lugo, Domingo Rivera,  Eladio Urías, Francisco «Pancho» García, José «Pepe» Rodríguez, Juan Francisco Menchaca, Winston llenas, Elrod Hendricks,  y Benjamín «Cananea» Reyes. Más tarde se les uniría el “novatito” hermosillense Pancho Barrios.

En su segundo gallardete, y último en su historia en la LMB, contaron con héroes de la talla de Max León, Ernesto Córdoba, Antonio Pollorena, (Memo Raygoza y Enrique Romo, quienes fueron suspendidos del circuito por indisciplina). Y, como jugadores de posición, a Jaime Corella, Bill Parlier, Clemente Rosas, Francisco Campos, Roberto Méndez, Benjamín “La Chata” Cerda, Jesús Mora, Juan Francisco Menchaca y Mario Salazar.

Retornaron en 1988

Su retorno a Guadalajara se dio en 1988, heredando un plantel sólido, los Ángeles Negros de Puebla apuntalados por Willie Aikens, Orlando Sánchez, Guillermo “Tiburón” Rodríguez, etc. Increíblemente, en 1989, se convirtieron en Industriales de Monterrey, cuya vigencia feneció en 1994, mudándose a Reynosa.

Con Armando Navarro y la familia Cosío Vidaurri invirtiendo, los Charros retornaron en 1991 (también en la  expansión incluyó a los Cafeteros de Córdoba), pero resultó una etapa gris de cinco años en la que lo más sobresaliente fue  Fernando Valenzuela (1992 y 1994), lo que le valió su retorno a MLB.

Con todo y que el equipo fue capaz de llegar a la post-temporada, en las siguientes la popularidad del fútbol y las malas condiciones del Estadio Tecnológico fueron factores para que Charros desapareciera.

Hoy están de vuelta y de nuevo por conducto de una patente sinaloense, los Algodoneros de Guasave que llegaron en el otoño de 1970 y que apenas un ciclo más tarde, conquistaron su primer y único título.

En el  roster con el cual inicialmente contará el Club Charros de Jalisco estarán peloteros como el miembro del equipo ideal de la Serie del Caribe 2014 en la posición de lanzador derecho, Juan Salvador Delgadillo;  los recién nombrados guantes de oro 2013-2014, Eduardo Arredondo, Jesús López y el cátcher Gabriel Gutierrez; así como dos de los jugadores extranjeros más importantes de la anterior temporada invernal, Zealous Wheeler y Mark Hamilton. Juan Navarrete está anunciado como su timón.

El Lic. Armando Navarro es el nuevo presidente de la franquicia y en ella el Ing. Jaime Castro, ex dueño de los Algodoneros, parece que tendrá un lugar dentro de  la organización.

La sede de los  Charros será el estadio de atletismo ubicado en Zapopan, construido para albergar a los Juegos Panamericanos del 2011, pero que desde un inicio se pensó como la nueva sede de la escuadra jalisciense tras la justa internacional.[simpleviewer gallery_id=»468″]

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