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En memoria del “Papas” Burruel

 

Por Jesús Alberto Rubio.

 

Alfonso “Papas” Burruel Aboyte: todo un gran personaje hecho béisbol, acaba de entrar al line up celestial.

 

En paz descanse el gran amigo miembro distinguido de la Peña beisbolera y de la Asocrodes, la que en el año 2007 lo homenajeó –junto con otro grupo de grandes personajes como él—dentro de la Ceremonia de Premio al Mérito.

 

Alfonso “Papas” Burruel forma parte del rico historial de los Naranjeros, especialmente cuando bajo el mando de Virgilio Arteaga conquistaron los campeonatos de 1960-61 y 1961-62 en lo que fue la Liga Invernal de Sonora.

 

 

Luego, en la temporada 1963-1964 también desde su puesto ayudó a que Hermosillo fuera el campeón del circuito.

 

En la campaña 1970-1971 tuvo el privilegio de disfrutar otro banderín, ahora bajo la batuta de Maury Wills, quien llevó al equipo capitalino a Puerto Rico donde por primera vez México participó en una Serie del Caribe.

 

Para Maury Wills, el “Papas” siempre fue una persona muy especial dentro del equipo, al grado tal que solía decirle con aprecio y respeto como “mi socio”.

 

El nativo del barrio de “Las Pilas”, siempre se caracterizó por ser un auxiliar como batboy del todo colaborador, amable y sencillo en su trato.

 

Incluso, en esa época, solía “calentar a los equipos como receptor, especialidad que lo hacía como todo un profesional en esa posición.

 

“Papas” Burruel fue un gran batboy de los Naranjeros en cinco años de la Liga de la Costa del Pacífico, diez de la Invernal de Sonora, Sonora Sinaloa y del Pacífico.

 

En su época de jugador amateur destacó como lanzador y ¡donde lo pusieran! como gran utility.

 

Y tenga usted la certeza de que de habérselo propuesto, hubiera sido un excelente pelotero profesional de la pelota mexicana.

 

Grandes anécdotas

 

Entre sus grandes anécdotas y experiencias, fue el robarle las señales al receptor contrario; se las pasaba al “Cananea” Reyes y éste al jugador. O ambos a la vez.

 

Se reía cuando recordaba que a Espino una vez le dijeron que la bola iba a ir afuera; “se acercó y ¡pelotazo!”.

 

Nunca olvidó que por ello el “Niño Asesino”, de inmediato le gritó ¡“Papas”! y nomás agachó la cabeza.

 

Otra anécdota que nos contó fue cuando Ramón “El Diablo” Montoya, para salir de alguna mala racha de bateo, durante el partido se metía a las regaderas del vestidor ¡y se bañaba con el uniforme y así salía de nuevo al terreno de juego!

 

O aquella cuando Pancho García al robarse el home, levantó su spike derecho que pegó en el peto de Juan de Dios Villarreal, rompiéndoselo por la mitad. ¡Así jugaba el papá de Karim!

 

Su máximo momento: cuando le ganaron en el 71 a los Cañeros y a Pepe Peña con los dos jonrones de Bob Darwin.

 

Esa vez, dijo que no fue a la Serie del Caribe en Puerto Rico, la primera de México, por el fallecimiento en esos días de uno de sus hijos de un mes de vida.

 

¿Su mejor sueldo?: “1,200 pesos después de empezar ganando 5 pesos por juego… ¡y descalzo!”

 

Y la hacía de todo: desde correr por las bolas de foul, “pelearme por la pelota para que no me la robaran”… hasta más tarde “calentar” a los lanzadores aunque tiraran a cien millas por hora.

 

¿Por qué el apodo de “Papas”?

 

“En mi casa, de niño, mis padres me decían “Pápago”, pero una de mis hermanitas, Candelaria López Nevares, no podía pronunciar la palabra y me llamaba algo así como “papas”… ¡y se quedó para siempre!”

 

En paz descanse el apreciado y respetado siempre  amigo, quien la noche del jueves falleció a causa de un derrame cerebral.

 

Esta mañana fue sepultado en el Panteón Municipal de la calle Yáñez.

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