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BEISBOL

AL BAT

Pelotas: hechas a mano

* Comunicador por excelencia: Bernardo «Nayo» Lorenzo.

Por Jesús Alberto Rubio.

Antes de entrar en materia, déjeme decirle lo siguiente:

Sin duda alguna, hoy tuvimos un gratísimo reencuentro con dos colegas egresados de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, Juan Ramos Galindo y Héctor Saldierna Martínez.

La gran reunión-desayuno fue en la antigua y original Café de la Parroquia, la que desde los años 90´s se denomina Café del Portal, ubicado el mismo histórico inmueble en Independencia, esquina con Manuel Gutiérrez Zamora (frente a Catedral de Veracruz).

Además, en la charla, Juan Ramos y Héctor Saldierna, expertos en el campo de la comunicación, de gran trayectoria profesional, revelaron que proyectan una convocatoria para reunir en fecha próxima a egresados de distintas generaciones de nuestra Facultad, lo que muy bien pudiera ser diciembre próximo aquí en el puerto jarocho. Magnífico.

Ojalá.
Precisamente, Juan, nos ha enviado hace unos segundos el siguiente amable correo, verá:
Queridos Jesús y Héctor:

Agradezco en todo lo que vale la oportunidad que nos dimos de recordar en el ahora otros tiempos. He tenido  enorme satisfacción al poder reunirme con ustedes, y con Gris.

Sepan que si ya los estimaba, después de nuestra corta, pero muy grata reunión, puedo decir que el haber venido al hermoso y muy añorado Puerto de Veracruz  fue un tiempo muy bien aprovechado, «difinitivamente».

Reciban un fuerte abrazo de su hoy más amigo Juan Ramos y para mi gran amigo Héctor Saldierna  «el caballero del buen decir» toda mi admiración y aprecio.

Bernardo «Nayo» Lorenzo

Mire: precisamente, en el Café del Portal, saludamos a un gran comunicador Bernardo Lorenzo, el famoso «Nayo», vigente en programas radiales y festivales musicales como toda una gran personalidad y caballerosidad por más de cinco décadas como  locutor, Cronista de la Ciudad, escritor y relator de leyendas de Veracruz.
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Entre sus programas, trascienden «Leyendas y vivencias de Veracruz y  «Tu música y la mía», los que son un primor.

Mis respetos y admiración para «Nayo», ¡sí señor!

De nuevo al altiplano

Mire: con todo y deseos de continuar en el solar sotaventino, este domingo partiremos hacia Metepec, «Pueblo Mágico», un bello municipio conurbado de Toluca, Estado de México y desde donde nos reportaremos, con gusto.

Veracruz, excelentísimo. únicamente un prietito en el arroz: el estado que guarda el Zócalo/o Plaza de Armas desde hace dos-tres meses, donde el piso de mármol ha sido removido en partes y no se observan visos de restaurarlo a pesar de tenerse encima la época vacacional.
Se tienen reportes de gente-visitantes que se han accidentado al pisar los huecos prevalecientes, donde están vigentes lastimaduras como luxaciones, quebraduras, torceduras de pies y tobillos.
Qué carajo.

Qué mal por parte del Ayuntamiento local.

Gerardo Vázquez:
Paco, Jesús Alberto: Para ampliar la información que nos proporcionaste Paco, les comparto algo más relacionado con la fabricación de pelotas de la marca Rawlings:

Así es, las pelotas de beisbol aunque usted no lo crea, aún se hacen a mano, por lo menos las rawlings que utilizan en la MLB y son hechas en Costa Rica…

La otra vez pasaron un documental en el History o Discovery, no recuerdo bien, sobre las pelotas de beis…. aquí les paso unas lecturas que tengo en mi folder sobre beisbol …..y es acerca de la pelota de beis…

La pelota promedio es usada sólo durante unos pocos lanzamientos en las MLB, pero para los costarricenses que las hacen, cada una es el resultado de horas de cuidadosa costura.
Durante 10 horas diarias, los trabajadores de la única fábrica del mundo que suministra pelotas a la Grandes Ligas, en el pueblo de Turrialba en el centro de Costa Rica, se sientan en mesas donde hacen las 108 puntadas de cada pelota con grueso hilo rojo.

En un juego profesional, las pelotas pronto se dañan y se ensucian demasiado para seguir en uso, o bien se pierden cuando un foul o un jonrón. Para cubrir la demanda, la fábrica produce hasta 2.4 millones de pelotas al año, todas cosidas a mano.

Los centros de corcho y hule, la piel de vaca Holstein de Tennessee y la fibra de lana de Nueva Zelanda que integran las pelotas son enviadas libres de impuestos a la fábrica, donde más de 300 trabajadores cosen rítmicamente en ordenadas filas.

Una vez terminadas, son puestas en cajas y enviadas a Miami.

Famosa por su estabilidad en una región turbulenta, Costa Rica es una historia de éxito económico en Centroamérica recibiendo divisas por el turismo ecológico, las exportaciones de café y frutas y las fábricas que hacen desde microchips hasta medicamentos.

Rawlings Sporting Goods, la firma que tiene el contrato de exclusividad con las Grandes Ligas para suministrar pelotas hasta el 2013, desplazó al país su fábrica desde Haití a finales de la década de 1980, tras la violencia provocada allí por una dictadura.

Los trabajadores están contentos con la paga en el pueblo agrícola, donde hay pocos empleos, pero a pocos les gusta el béisbol, en un país mucho más apasionado con el fútbol.

«En realidad, el béisbol no lo entiendo», dijo Minor Quesada, quien ha trabajado en la fábrica durante 17 años.

El trabajo es duro y algunos tienen lesiones en el hombro por tratar de producir más pelotas y lograr bonos.

El salario básico es de 1.6 dólares la hora, algo por encima del salario mínimo en Costa Rica, pero mundos aparte del salario promedio de tres millones de dólares anuales de un jugador de las Grandes Ligas.

Pero para muchos en Turrialba es un buen empleo. «Es medio complicado encontrar trabajo», dijo Rocío Gamboa, de 33 años, quien ha trabajado en la fábrica desde hace 11 años.

Rocío produce 200 pelotas a la semana, y recibe un bono de 0.52 centavos de dólares por cada pelota que termina por encima del mínimo de 156 unidades. Las pelotas se venden a un precio minorista de 14.99 dólares.

Curiosidades

Jesús Alberto: te dejo algunas otras curiosidades de la corta vida de una pelota de beisbol:

A las pelotas nuevas se les aplica un tratamiento previo para quitarle el brillo de fabrica y que así no resbalen, aplicándoles un poco de lodo certificado por las MLB proveniente de la Florida.

Esta medida se tomo para reducir un poco la velocidad de las pelotas que se deslizaban más rápido por el sudor y la resina del cuero nuevo ya que en 1920 falleció de un bolazo en la cabeza el campo corto y segunda base de los Indios de Cleveland, Ray Chapman, de 29 años y quien fue golpeado por el pitcher de los Yankees, Carl Mays.

Reglamentariamente, antes de cada partido el umpire recibe las pelotas ya preparadas que estarán en un empaque sellado y firmado por una autoridad competente, no pudiéndose romper el sello sino justo antes de iniciar el juego.

La menor cantidad de pelotas utilizadas en un juego de Grandes Ligas fue, una sola pelota, el 29 de junio de 1919 en un partido de nueve entradas entre los Rojos de Cincinnati y los Chicago Cubs.

Después de que sea bateado un jonrón, el umpire no le entregará una pelota nueva al lanzador o al receptor hasta tanto el bateador que conectó el jonrón haya llegado al home plate.

170 mil es el número estimado de pelotas de béisbol que se utilizan en un campeonato de Grandes Ligas, a un promedio de 70 bolas por partido.

En cada encuentro el equipo local es el encargado de proporcionar las pelotas que se usarán y la cantidad no puede ser inferior a las 90 unidades.

Jesús Varona:

Buena tempa de noticias amigo. Me recuerda también el año 1959: el beisbol de la Serie AAA, con los Reyes del Azúcar, y el lema de «Un paso más y llegamos», claro que a las Grandes Ligas. Traje que otros disfrutaron más tarde. Que tiempos aquellos…

Se formó el rumbón…digo, «el tiroteo, uno de tantos en ese tiempo»…Cosa pasada, en aquella etapa en que  todos podían tener un arma. Hoy nadie…así de fácil. De un golpe de mocha al estilo azucarero, quedó la gente sin armas, pero con el alma truncada por el sol caribeño…- <J>.
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