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Rescate de héroes olvidados

•      Grata reunión con Pedro Barrios, María Eugenia Estrada Flores, Carlos Rodríguez Candila y Luis Muñoz; además, Jesús Varona eleva la memoria del umpire cubano Amado Maestri.

Por Jesús Alberto Rubio.

¡Sí señol!; cuando el beisbol da, da a manos llenas; y ya sabe usted que tal circunstancia también puede presentarse de manera muy grata en la vida cotidiana, verá:

La relación humana, vigente, eterna, y cómo todos debemos apreciarla y atesorarla.

Mire:

Qué placentero fue este día; primero estar en el hogar del doctor Carlos Rodríguez Candila y su esposa Magdalena; y más tarde, disfrutando una reunión/café con los coleccionistas Pedro Barrios y el dominicano de padre cubano Luis Muñoz, también escritor-rescatista del beisbol de Ligas Negras, México y el área del Caribe, especialmente.

Asimismo, compartiendo la mesa y comentarios, a raudales de beisbol, la distinguida y gentil María Eugenia Estrada Flores.

Además de intercambiar cientos de comentarios, recuerdos, datos, anécdotas, proyectos, Luis Muñoz me obsequió cuatro documentos de colección histórica que abordan la vida de cuatro notables de la pelota: Alfred Pinkston, Lorenzo “Piper! Davis, Lázaro Salazar y Burnis “Wild Bill” Wright.

Las obras editoriales, camino a un excelso y valiosísimo libro sobre el tema, forman parte de la Colección “Héroes Olvidados” del Center for Negro League Baseball Research, donde también tiene co-autoría el Dr. Layton Revel.

Mis respetos a ese trabajo de rescate en torno a grandes protagonistas del beisbol profesional que deben ser valorados por su contribución a la historia del deporte rey.

Tan sólo pensando en Bill Wright, dijo, es un héroe de Ligas Negras, México y el Caribe con todos los merecimientos para estar en Cooperstown; qué decir de Pinkston, David y Lázaro Salazar, eternos ganadores en los diamantes del beisbol.

Por supuesto, le manifesté estar totalmente de acuerdo alrededor de tan grandes figuras, su noble rescate y el que los ubique en alto relieve para que sean reconocidos en toda su dimensión.

Qué gran gusto, en verdad, haber estado al lado del doctor Rodríguez Candila, Pedro Barrios, María Eugenia Estrada y Luis Muñoz.

Momentos así…¡no cualquiera!

Amado Maestri: Jesús Varona.

El colega Jesús Varona lo prometió no hace ni tres días, y aquí está su magnífica colaboración sobre el inolvidable umpire cubano Amado Maestri:

Excelentísimo:

“Tras concluir la campaña invernal de 1936, la casi totalidad de los cronistas deportivos reconocieron el formidable desempeño del debutante árbitro Amado Maestri; incluso, señalaron que abrió un nuevo paréntesis en esos certamenes ya que puso fin a las protestas absurdas, las alteraciones perjudiciales y los estallidos de cólera en las tribunas.

Para ellos, Maestri imprimió a su labor de magistrado una dignidad ejemplar, aunque no exenta de equivocaciones como ser humano al fin.

Poco menos de un año después, Amado Maestri viaja al exterior contratado por la Liga de Beisbol Mexicana, donde protagoniza otro hecho sin precedentes en los anales beisboleros de ese país.

El domingo 2 de junio de 1946, durante un desafío entre los equipos México y Azules de Veracruz, celebrado en el “ Delta Park” de la capital, el árbitro cubano se ve precisado a expulsar del juego al jugador estadounidense Mickey Owens, catcher-manager del equipo Rojo, el mismo que en ese terreno tuvo un fuerte altercado con el «Gigante»  Claro Duany Hiedra, aquel famoso y recio toletero 4to bate del Marianao, en la Liga Profesional de Beisbol cubana, en ese momento jugando en la tierra Azteca.

La fuerte protesta entablada por Owen, quien en forma desmedida seguía en  su desacuerdo con el juez Maestri por su decisión en la jugada sobre el home plate, ocurría ante una concurrencia superior a los 30,000 espectadores, quienes perciben  también en ese instante  cómo Jorge Pasquel, dueño del equipo México y presidente de la Liga, abandonaba el palco en donde observaba atento el partido,  bajando con rapidez al terreno con la intención “de poner en su sitio al arbitro”  tratando de enmendar la  decisión.

En esos instantes, Maestri, sabía  que estaba en un país extranjero, y aún más, frente a un magnate de facultades  grandes de poder…

Quizá otro en su lugar hubiese tratado de mediar y contemporizar para evitar la peligrosa confrontación, pero no era el caso que se ajustaba al carácter y la disciplina  exigidas  en un terreno de juego por  Roberto Amado Maestri Menéndez, quien no pensó en nada de ello y puso por encima de todo su dignidad de árbitro oponiéndose a Pasquel  en su apreciación del hecho, dándole  los razonamientos más adecuados para  el caso…

Pero, observando que el empresario  devenido en importante gestor beisbolero no cedía   en razones, manteniendo  demasiado airadamente su versión, de la jugada… ¡lo expulsó! con plena conciencia de que su acto significaba de hecho y derecho la cesantía  de su trabajo.

“Yo me iré de la Liga y de México después del juego” —le dijo Maestri, en tono enérgico a Pasquel—, pero usted se me va ahora mismo del terreno…”.

Al día siguiente acudió a las oficinas de la Liga para cobrar sus honorarios y regresar a Cuba.

Amado Maestri, quien además fue actor de varios hechos todavía en la memoria de los aficionados cubanos, de una valentia a toda prueba donde quiera que se le vio actuar, fue conocido especialmente en la Pelota Profesional Cubana y en la de toda el Área beisbolera de las inquietas Ligas que funcionaban en El Caribe.

Estas dos relevantes figuras del Beisbol, quedaron plenamente reconocidas en la historia de este deporte: Jorge Pasquel, en el año 1971, y Maestri, en 1990, fueron inducidos al Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México.[simpleviewer gallery_id=»255″]

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