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BEISBOL

AL BAT

Primer triunfo del Águila

•        Rangers apaleó  12-1 qa los Pingos en Texas. http://mlb.mlb.com/es/news/article.jsp?ymd=20130328&content_id=43474068&vkey=news_mlb_es&fext=.jsp&c_id=mlb

Por Jesús Alberto Rubio.

Bien; el Águila de Veracruz consiguió anoche su primera victoria del año (3-2 en once a Tigres con hit de oro del boricua Carlos Rivera) y antes, tablazos de vuelta entera de José Gudalupe Chávez y Jorge Guzmán.

Por cierto, la directiva de los campeones 2012 de la LMB, invitaron a su mánager Pedro Meré para que en la jornada inaugural en el “Beto Ávila”, ¡lanzara la primera bola!, algo no común, ya sabe usted, porque tradicionalmente se tiene invitados especiales para ese simbólico acto.

Inés Sáenz, la hermosa Madrina de los Rojos del Águila de Veracruz.

Le comparto la historia del juego de anoche (por cierto, AYM Sports no transmitió la entrada once, definitoria del juego, ¡carajo!:

http://www.notiver.com.mx/index.php/eldeporte/221808.html?secciones=5&seccion_selected=5&posicion=2

Dr. Carlos Rodríguez Candila:

Fueron tiempos alegres, todo en el imaginario de la radiación (radio) Monsiuer en español, Señor Cesáreo Suárez Naranjo, igual que el “Mago” Don Pedro Septién, sin más recursos que el radio inventaron muchas imágenes sin contar más que el cine como prueba de sus narraciones, como tantos de su tiempo pero sin el alcance de esos personajes en materia de beisbol que es entre la tesitura de deporte es también una ciencia que si para jugarlo requiere tanta estrategia, describirlo en texto y en voz en su momento, además de ser otro aficionado y testigo de sin TV o repeticiones, que bien lo hicieron. Le felicito y siga dinámicamente alimentando nuestra memoria.

Escuchar a Buck Canel o ese Sr. Monsieur de la Cavalliere y al “Mago2 Septién y otros inolvidables como Jorge «Sony» Alarcón y Don Enrique Llanes, un personaje sencillo cuya profesión fue en rings de otro deporte que es la lucha libre.

Así han pasado los años y las vueltas que da la vida (parrafotomado de una hermosa melodía mexicana). Felicito al amigo Cesáreo Suárez Naranjo.

José Luis Reyes Arellano

Cesáreo: te falto el dinámico y espectacular «Mago Septién» con su frase, “Elevado profundo; la pelota sigue…sigue…sigue…sigue…¡y la toma el segunda base!

Jesús Varona:

De que Padura escribe bien, no es secreto de nadie. El profesionalismo parece ser  la tabla de salvación, si no se foguea el Equipo en los países del área que juegan sus campeonatos profesionales y especialmente en la MLB cuando se pueda…

Se observa  venido a menos  el plantel Nacional. Los tiempos han cambiado, el Anatema Profesional esgrimido ayer elevando al máximo el Amateurismo más viable en la economía, comenzó a decaer cuando se aceptó a los Jugadores Profesionales en los Torneos Internacionales del Orbe.

Es un peso enorme que  llevan  HOY en cada Spike  los  jugadores del Equipo Nacional de la Isla. Si no se codean constantemente con los jugadores que tienen más OFICIO seguirá pasando el mismo reflejo visto por citar un caso en el terminado III Clásico Mundial. Saludos Tocayo amigo <J>.

Francisco Báez:

En 1980 cambió el beisbol mexicano. Los peloteros se habían organizado en una asociación sindical, que reclamaba la aplicación de la Ley Federal del Trabajo, tras el reconocimiento constitucional de que los deportistas profesionales son trabajadores.

A algunos dueños de equipos de beisbol no les gustó que surgiera la Asociación Nacional de Beisbolistas y ejercieron todo tipo de presiones en contra de ellos, incluida la detención arbitraria, en Veracruz, del equipo completo de los Ángeles de Puebla. (Nota de Al Bat: Ahí estuvimos presentes).

Un hecho menor, el despido del receptor de los Tigres, Vicente Peralta, culpable de sindicalismo, fue la chispa que incendió el cuadro y los jardines.

El 1º de julio de ese año, los jugadores de los Diablos y del Puebla se negaron a jugar hasta que no se restituyera a Alejo Peralta y fueron, a su vez, despedidos de inmediato.

Tras pocos días, los 20 equipos de la Liga Mexicana se habían reducido a seis, y esos estaban parchados, porque varios de sus peloteros habían sido dados de baja.

Los dueños actuaron con toda prepotencia y la ruptura fue definitiva, aun tras la intervención conciliatoria del Presidente de la República.

Luis Eloy Ramírez Cabrera:

Como venezolano me siento muy orgulloso de que en Al Bat el nombre de Marco Antonio Lacavalerie acompañe al de otros grandes de la narración, como Felo y Buck Canel. Gracias Cesáreo Suárez Naranjo, por recordar a quien por más de 25 años, trabajó en la Cabalgata Deportiva Gillete, con su único y particular estilo.

Unas frases del «Musiu», al presentar un juego:  «¡Epa, mi pueblo!», cuando alguien bateaba con casa llena una línea: «¡A correr piojos, que llegó un peine!».

Al conectar un rolling al pitcher soltaba esta: «¡Come papá!…!

Un comentario aparte, dado el entusiasmo de Paco Salazar, con respecto a que los Rojos de los 70`s eran el mejor equipo de la historia, le invito a leer los números que indican que tal vez un club más ganador, los Orioles pudieran competirle con ventaja ante esa opinión.

Paco Salazar y ¿Baltimore qué?

Seguimos, amigos y colegas mexicanos:

Las opiniones, se comparten o no, tal es el caso de la  emitida por el amigo Paco Salazar. Y es que en muchas ocasiones, los especialistas del juego se decantan por los Yankees de mediados de los 20 y principios de los 30, como el mejor club de la historia, otros como Paco prefieren a los Rojos de los 70´s, pero hay un grupo –no pequeño- que pensamos que el mejor conjunto de la historia fueron los Orioles de 1969 a 1979.

Ciertamente, los Rojos ya eran un gran club en 1969 y 1970, cuando se les comenzó a denominar la “Gran Maquina Roja”. Pete Rose, Johnny Bench, Tany Pérez, Lee May, y quien era considerado uno de los más completos jugadores de su tiempo, Bobby Tolan, hacían un line-up de terror para los pitchers que tenían que enfrentarlos.

El club mejoro más aun cuando el 29 de noviembre de 1971 se efectuó uno de los cambios más sensacionales que la historia del juego recuerde. Lee May junto a Tommy Helms y Jimmy Stewart pasaron a Houston a cambio de Joe Morgan,  Cesar Gerónimo, Dennis Menke,  Jack Billingham y Ed Ambrister. El cambio forzó a los Rojos a colocar a su antesalista Tany Pérez en la inicial, movida que resultaría exitosa.

Mientras la Maquina Roja aceitaba sus piezas otro gran club jugaba un béisbol muy diferente: Los Orioles de Baltimore.

Cincinnati dependió en su década dorada de su tórrido bateo, en la que sus estrellas obtuvieron seis premios M.V.P y de habilidad de su legendario manager Sparky Anderson a la hora de mover sus lanzadores pues nunca tuvieron un pitcheo notable; de hecho, entre el 69 y 79, un único lanzador, Jim Merritt, logró alcanzar los 20 triunfos y ninguno de sus serpentineros ganó el Cy Young.

Baltimore, caso contrario tuvo el mejor cuerpo de lanzadores del 69-79, dejando record al tener cuatro  ganadores de 20 juegos -Palmer, Cuellar, Dobson y McNally-  en una temporada (1971).

En total, Jim Palmer ganó 20 juegos en ocho zafras; Mike Cuellar en cuatro ocasiones; Dave McNally en tres; Pat Dobson y Mike Flanagan en una oportunidad, a lo que hay que agregar cuatro premios Cy Young.

La ofensiva, sin duda, no era impactante como la de los Rojos (Bench, Rose, Morgan, Pérez, Foster, Concepción, Griffey Sr, Tolan y May)  pero también era de temer: Frank y Brooks Robinson, Boog Powell, el M.V.P. en 1970, Davey Johnson, Don Buford, luego se unirían Reggie Jackson (un año, en 1976); Al Bumbry, Bobby Grich, Eddie Murray, Ken Singleton y el ex rojo Lee May.

Consideren esta cifra: entre el 69 y 79, Cincinnati piso el plato 8.323 veces por 7.681 de los Oropéndolas pero aunque parezca imposible, Baltimore tuvo un diferencial a favor entre carreras anotadas y permitidas de + 1.435, mientras el de los Rojos fue de +1.208!

A la defensiva ni hablar, 33 Guantes de Oro de los orioles, por 27 de los jugadores escarlatas.

En total Baltimore ganó en ese periodo 1.053 partidos -4 temporadas sobre 100 triunfos- por 709 reveses para un % de 597.

Cincinnati conquistó 1.042 juegos –tres  zafras sobre las 100 ganancias- por 730 derrotas para % de 588.

Y si ubicamos a ambos clubes en sus dos mejores años; la cuestión se inclina aún más hacia Baltimore.  Entre 1975 y 1976, los Rojos ganaron 210 juegos contra 114 reveses, % de 648. Baltimore entre 1969 y 1970, ganó 217 partidos por apenas 107 descalabros, % de 669.

Finalmente Cincinnati ganó dos Series Mundiales, participó en cuatro  Clásicos de Otoño y logró seis títulos Divisionales.  Baltimore ganó una  Serie Mundial, vio acción  en cuatro Clásicos de Octubre –tres consecutivos- y alcanzó seis títulos de su División –5 en 6 años-.

El único enfrentamiento  entre Rojos y Orioles, fue en el Clásico de 1970, cuando los oropéndolas barrieron a los escarlatas en cinco partidos.

Más espectacular, sin duda, por poder y velocidad los Rojos pero más completo, los Orioles de Baltimore con su excepcional pitcheo, defensa y su oportuno bateo… allí están los números.

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