Al Bat y nuestro equipo de colaboradores nos unimos a la pena que embarga hoy al amigo Claudio Peña, masajista del equipo Naranjeros de Hermosillo por el deceso de su señor padre, el doctor Gilberto Peña Díaz, ayer en la Cd. de Guadalajara, Jalisco.
Nuestras condolencias a Claudio, como se lo expresé minutos antes de que saliera su vuelo hacia la Perla de Occidente, deseándole una pronta resignación.
El doctor Peña Díaz, nativo de Cananea, Sonora, tenía al morir, 102 años de edad.
Para Claudio, y usted, le comparto esta bella/hermosa música.
Ángel Macías
Qué gusto me ha dado esta noche hablar vía telefónicamente con Ángel Macías, héroe perenne del beisbol infantil y juvenil: del primer equipo mexicano campeón en Williamsport (1957) coronándonos ¡lanzando juego perfecto, salgo nunca antes visto!; de los Sultanes, Broncos, Venados, Tomateros; jugador de aquellos Naranjeros (70-71) primeros representantes de la LMP y nuestro país en una Serie del Caribe; inmortal en el Recinto Sagrado… ¿cómo cree que me siento?
Mis respetos y admiración a Ángel Macías, uno de nuestros ídolos de la adolescencia beisbolera; como el “Bobby” Treviño, “Becerril”, el “Yaqui”, “Huevo”, Aurelio, Cele, Espino…
Ojalá y el Club Naranjeros lo vuelva a invitar, con más razón ahora en el marco de su significativo programa “El Último Capítulo” del “Héctor Espino”.
Ojalá.
¡Bien, mi Pepe Monterrey, por el enlace!
Luis Eloy Ramírez Cabrera:
Jesús: No se quien es el jugador Román Peña Zonta; no sé que rivalidad existirá entre el Mexicali y Hermosillo, pero de lo que se ve en video -que he repito en infinidad de ocasiones- puedo dar Fé de que lamentablemente esa pelota fue lanzada con velocidad y no como «regalo» a la grada.
Cuando digo que puedo dar Fé me baso en mi experiencia de muchos años hasta llegar a ser probado como prospecto como pelotero profesional. Por ello, durante ese etapa de formación desde chico, se desarrolla una memoria muscular que te dice casi automáticamente como hacer cada movimiento al lanzar.
El Sr. Peña, como jugador profesional conoce lo peligrosa que puede resultar una bola lanzada a la tribuna donde en la mayoría de los casos nadie tiene un guante. Un fanático desprevenido, una persona muy mayor o un niño pequeño pueden resultar con una cortada o un moretón con apenas recibir un globito.
En el video es peor el asunto pues es visible que el jardinero hizo un arco con su brazo y nunca lo detuvo -así no haya ido a 100 millas o kilómetros por hora-, es decir, tenía velocidad suficiente para hacer daño severo si golpeaba por lo menos en la cara de alguien.
Pero, sin duda, lo que evidencia el desatino en la intención del Sr. Peña es que después de capturar el elevado, da unos 5 o 6 pasos a ritmo lento y luego mira el piso y se vira hacia la tribuna haciendo el arco ya descrito con su brazo, y mientras mira a la grada hace una breve aceleración como el chiquillo que tira una piedra a una ventana y huye.
No hay mejor prueba que el lenguaje corporal en ese instante, y que conste, no tengo idea de quien es ese jugador, y mucho menos pretendo satanizar al pelotero, que para ello están las autoridades de la liga.
Lo claro es que aquí hubo un agresor y una víctima, que de ser cierta la versión de que se trataba una niña con toda seguridad no libaba licor.
Tampoco esto debe tratarse como un ensañamiento por parte del Periodista Jesús Alberto Rubio hacia el jugador puesto que si esa pelota hubiese golpeado a esa niña en una zona vital y más delicada, de seguro ni siquiera estuviéramos opinando aquí de ello sino lamentando una tragedia que tuviera hoy de luto al pueblo mexicano.
Por suerte para la niña y para el Sr. Peña no sucedió algo peor. Pero repito, no por ello debe tomarse como que una pluma acaba una carrera peloteril, sino que un jugador profesional jamás debe tomarse la ley en sus manos sabiendo el daño que puede ocasionar con un lanzamiento así.
Una analogía perfectamente aplicable al conocimiento y cuidado que debe tener un boxeador con el uso de sus puños fuera de un cuadrilátero, o como se vio hace poco tiempo con el tenista Nalbaldian quien cegado por la ira lanzó una patada nada menos y nada mas que contra un juez de línea, lo que motivo una investigación ¡del Scotland Yard!
Y sobre este caso, esperamos que el Dr. Rodiguez Candila no explique con más detalles la gravedad y consecuencias que la irresponsabilidad de una acción como esta puede acarrear y que gracias a Dios no fueron.
Una vez mas gracias a Jesús Alberto, quien de manera responsable y con la clase que lo caracteriza -y de la que todos damos testimonio- dejó el foro abierto y no aplicó aquello del lock-out ante esta polémica.
Saludos a todos los miembros de la hermandad de AL BAT.