Aparicio y Jeter: intocables
Por Jesús Alberto Rubio.
Albricias: entre ayer y hoy nuestro “Titán” Adrián González volvió por sus fueros (aún se usa decir así, conste): pegó su jonrón doce de campaña; lleva nueve hits en sus últimos 16 turnos al bat y ahora promedia .286, con 33 impulsadas y once tubeys.
Y si de paisanos se trata, Joakim Soria no quiso hoy quedarse atrás y en gran victoria de sus Rangers (4-3 a Seattle), consiguió su octavo cierre (1-2-3 que incluyó un K).
También Alfredo Aceves nos dio un respiro (y él también, claro), al tirar un inning en blanco para un H y un K en el triunfo de 4-2 de sus NYY en trece entradas ante los Cachorros de Chicago, donde por cierto ocurrió algo que nos va a comentar desde Venezuela nuestro excelso colaborador Luis Eloy Ramírez Cabrera, no sin antes hacer un recorrido histórico, verá:
LUIS ELOY RAMÍREZ CABRERA:
La tarde del 17 de Abril de 1956, un jovencito de 21 años, nacido en Venezuela y de nombre Luis Aparicio, saltó con el uniforme de los Medias Blancas de Chicago al terreno del Comiskey Park para hacer su debut en las Grandes Ligas. Su posición: El campo-corto.
Por el equipo rival, coincidencialmente, otro venezolano (toda una estrella de la posición y de la época) Alfonso “Chico” Carrasquel, defendía el shortstop de los Indios de Cleveland.
Curiosamente el único batazo que en el partido, salió por lo predios de Aparicio, no fue un roletazo, sino una línea conectada por Al Smith a sus manos y a la altura ¡del séptimo capítulo!
Años después- 18 para ser precisos- en una fría noche en el Fenway Park de Boston, marcando el almanaque 28 de Septiembre de 1973, el otrora jovencito Luis Aparicio, saltaba por última vez a un engramado de Grandes Ligas. Tiene para ese momento 39 años, y asombrosamente lo hacía en la misma posición en la que debutó en 1956: El campo-corto.
Aparicio, jamás jugó en un terreno de liga mayor en otro sitio que no fuera la dificilísima posición de shortstop, y lo hizo por 18 años, a lo largo de 2.581 partidos.
Nadie en la historia del beisbol había jugado tal cantidad de juegos en una única posición hasta hoy y de ellos 2.538 fueron como abridor. Durante ese lapso vio acción en la casi inimaginable cantidad de 22.406 entradas y dos tercios.
Si recordamos que en palabras del él mismo Luis, tenía que ponerse yodo en la mano de fildear para formar un callo- no existían ni los guantines ni los guantes a la medida- y así soportar los disparos de una larga campaña, añádanle a ello usar zapatos con ganchos a manera de herraje, luchar en terrenos que ni de cerca parecen las verdes alfombras de hoy y menos aún tenían los viajes en primera clase, dogouts y lub house de lujos, hoteles 5 estrellas, gimnasios, nutricionistas, y todas facilidades de las que gozan los jugadores de la actualidad- y ni hablar de los salarios- entonces la seguidilla toma tintes de hazaña.
Es casi impensable que hombres iconos de una posición como Willie Mays (CF), Joe DiMaggio (CF), Brooks Robinson (3B), Lou Gehrig (1B), Johnny Bench (C), Iván Rodríguez (C), Roberto Alomar (2B), David Concepción (SS), Barry Larkin (SS), Ron Santo (3B), Keith Hernández (1B), Roberto Clemente (RF), Ted Williams(LF), Joe Morgan (2B), Mike Schmidt (3B), por citar sólo algunos, vieran acción fuera de los prados en que lograron la gloria.
Muchos al principio jugaron en posiciones tan ajenas que nunca lo harían después, otros, la mayoría buscaron refugio en la inicial para alargar su estadía en el mejor beisbol del mundo, pero Aparicio no, desde el primer día hasta su último en la Gran Carpa, fue shortstop y esto a pesar de las carencias físicas y técnicas de su época.
Antes de Aparicio, sólo los inicialistas Jake Dubert con 2.002 partidos (1910 – 1924), y Joe Kuhel con 2.104 (1930-1946), fueron capaces de superar los dos mil encuentros jugando en una única posición.
Luego de la proeza del inmortal venezolano, otros se acercaron como Lou Whitaker (1977-1995) quien jugó sus 2.308 partidos como segunda base, Scott Rolen (1996-2012) con 2.023 desafíos todos en la antesala, y quien sin duda, más amenazó la marca fue el también campo-corto Ozzie Smith (1978-1996) con 2.477.
Algunos quedaron en el camino curiosamente por causa de un juego como el camarero Willie Randolph, quien desarrolló toda su carrera – 2.152 partidos- como intermedista pero en 1975, inició un juego como antesalista.
Otro venezolano Andrés Galarraga, vio acción en 2.107 juegos en la inicial pero participó en 1996 en una entrada como antesalista, situación similar a la de Jeff Bagwell quien en actuó en 2.111 como primera base pero en 1994, en un único partido fue jardinero derecho. Y de otro inicialista, Mark Grace quizá sea el caso más extraño pues el zurdo vio acción durante 2.162 desafíos en su querido primer cojín pero en 2002 fue pitcher por una entrada.
Hoy, 21 de Mayo de 2014, uno de los últimos de una especie en extensión, borró del libro de records la marca que por casi 41 años perteneció a Luis Aparicio. Como venezolanos, nos alegra haya sido Derek Jeter, un hombre de clase y categoría. Lejos de los esteroides, escándalos e indisciplina que tanto gustan a los medios- y venden imagen para quienes aún no calzan el status de estrella-, Jeter jugó su partido 2.582 en Wrigley Field.
Por supuesto, Jeter lo debe extenderá y debiese terminar sobre los 2.600 juegos pero que lo haga él- el último gran Yankee- lejos de hacer que pase al olvido hace más grande aun la hazaña de Luis Aparicio…
¿REDESBEISBOL…?
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