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Jesús Alberto Rubio

AL BAT

Miguel Pereyra

Por Jesús Alberto Rubio.

Los buenos aficionados que vivieron y disfrutaron el beisbol mexicano de los años 60´s y 70´s seguramente tienen en muy buen recuerdo al excelente lanzador tabasqueño Miguel Pereyra.

El pitcher nativo de Comalcalco, el 17 de octubre de 1944, tuvo en especial grandes jornadas con los Tigres del México y con los Yaquis de Obregón registrando actuaciones muchas de ellas que quedaron para la historia.

Uno de sus grandes momentos sucedió cuando en  marzo de 1970 se enfrentó en un juego de exhibición en el estadio del Seguro Social, a los Piratas de Pittsburgh que ese año ganaron su División Este en la Nacional y en 1971 serían los campeones mundiales frente a los Orioles de Baltimore.

En aquella histórica jornada Miguel Pereyra lanzó juegazo de cinco hits para blanquear a los bucaneros 2-0 a base de una curva rápida y una buena recta, además de un control por demás perfecto. Ese equipo

En aquella enorme salida Pereyra, ganándole el duelo a Bob Moose –en 1969 fue campeón en pitcheo con 14-3 y había tirado un sin hit ni carrera ante los Mets–  dominó a placer a los Roberto Clemente, Willie Stargell, Mateo Alou,  Ángel Mangual, José Pagán, Fred Patek, Jerry May, Richie Hebner, Bill Mazeroski, Al Oliver, Dave Cash, Bob Robertson que eran dirigidos por Danny Murtaugh.

Los Tigres traían a Gus Garza, Héctor Zamudio, Manuel Ponce, Celerino Sánchez, Kiko Castro, Carlos Garza, Fernando Remes y Gregorio Luque.

Un año antes en otro partido de esa misma naturaleza, contra los Yankees de NY iba ganando un juegazo hasta que Andy Kosco le pegó jonrón en con uno en base en la parte alta de la octava para perder por diferencia de una carrera.

Dos jornadas en grande

Pereyra tuvo otras dos jornadas inolvidables:

Contra los Pericos de Puebla, en una doble cartelera, de la campaña de 1969 tiró siete episodios sin hit ni carrera en un juego pactado precisamente a 7 tandas, pero al extenderse a extra innings, en la octava, el emergente y lanzador Alfredo Mariscal le conectó doble para echarle a perder la joya monticular. Sin embargo Pereyra se apuntó gran triunfo de 1-0.

El mismo año, en otro juego contra los mismos Pericos los tuvo sin hit durante las siete entradas programadas, pero había aceptado una carrera sucia, por lo que en el noveno Ronnie Camacho dio sencillo para vencerlo.

Con los bengaleces, entonces en la Ciudad de México, vivió momentos inolvidables con Pepe Peña, Enrique Castillo, José Leyva, Nicolás García, Gregorio Polo y aquel infiel del millón de pesos con Gregorio Luque, Rubén Esquivias, Arnoldo “Kiko”  Castro, Armando Murillo y Fernando “Pulpo” Remes, además de Pancho García, Manuel “Estrellita” Ponce y Ricardo Garza en los jardines.

La trayectoria de Miguel Pereyra en la Liga Mexicana nos dice que de 1966 a 1972 militó con los Tigres; los siguientes dos años lanzó para Tampico y otros tres con Puebla. Siguió con Durango temporada y media al irse a Tabasco. Finalmente concluyó su carrera el circuito veraniego con los “Osos” de Toluca.

Totales: en 15 años tuvo 75-77, con 3.58 de efectividad.

En invierno con Yaquis y Venados

Pereyra empezó en la temporada 1966-67 con los Yaquis de Obregón donde figuraban los también lanzadores Nicolás García, Enrique Icedo, Alfredo “Lobito” Meza, Jesús “Zurdo” Enrique Castillo, así como los toleteros Fred Wall, Ed Cecil, William Berzunza, Rolando Camarero, Jorge Fitch, Pepe Garibay, Pancho García y Carlos Murrieta, entre otros.

Jaime Corella empezó de mánager pero luego lo sustituyó Manuel Magallón quien había sido su timón campeón la temporada anterior. Fue el primer título de la franquicia en la pelota invernal donde hasta esa campaña Guaymas y Hermosillo habían sido los amos y señores ganando gallardetes a manos llenas.

La siguiente edición tuvo de compañeros a Francisco “Paquín” Estrada en la receptoría; William Berzunza en primera base; en segunda al empalmense Domingo Rivera; en tercera, Carlos Murrieta; y en las paradas cortas, empezó Jorge Fitch y más tarde Rubén Hurtado y “El Amorós”, Alfredo Ramírez. Los jardineros fueron Saúl Villegas, Francisco García, Héctor Zamudio, Víctor Orozco y Jaime Favela. En el staff de pitcheo tuvo de compañeros a Jesús Robles (pasó a Guaymas); Alfredo Meza, Enrique Icedo, Nicolás García y Rodrigo Sandoval.

En esa campaña vio acción el 22 de octubre en un juego de 21 entradas en el “Gral. Ángel Flores” en el que tras iniciar el histórico choque en la entrada doce lo relevó Enrique Castillo, quien a la postre fue el ganador con cierre para Alfredo Meza.

En la temporada 1968-69 los Yaquis estuvieron de visita inaugural en el “Emilio Ibarra Almada” donde  Pereyra blanqueó 3-0 a los Cañeros. Sin embargo en noviembre de 1969 lo cambiaron a Mazatlán por Ramón Arano. También, adelantándose a la Liga Americana (1973), en el beisbol de Ligas Mayores, en octubre del mismo año se aplicó la regla del “Bateador Designado”.

Pereyra estaría con los Yaquis hasta la temporada 1969-1970 ya que en la 70-71, cuando la Sonora Sinaloa ingresó a la Confederación del Caribe con el nombre de Mexicana del Pacífico, el tabasqueño pasaría a los Venados de Mazatlán.

Sus últimos compañeros Yaquis fueron Roger Vernon Freed, Luis Lagunas, Bill Parlier, Ronnie Camacho, Rolando Camarero, Willie Arano, Gonzalo Villalobos,  Anselmo Armenta, Joe Paterson, Paquín Estrada, Pancho García, Agustín Enríquez, Rigoberto Mena y George Manz.

Los pitchers fueron Cecilio Acosta, Alfredo “Lobito” Meza, Miguel Antonio Puente, Carlos Sánchez, Enrique Icedo, Nicolás García y, Juan Suby y Alfonso Cisneros.

Un accidente y….

Por supuesto, hay mucho más que escribir de Miguel Pereyra Ramón a quien en esa época tuve el privilegio de verlo lanzar en nuestra pelota invernal y a quien con gran gusto esta vez hemos recordado y puesto ante usted luego de que su sobrino Jimmy Pereyra Castro, desde Yucatán nos habló de él.

“Miguel sigue viviendo en su ranchería natal, Medellín y Madero, 3ra. Sección, Municipio de Centro Tabasco. Sus últimos años los pasó entrenando niños en el Instituto del Deporte Tabasqueño con sede en Villahermosa. Tuvo un accidente retornando de su rancho al tirarlo un caballo, golpeándose su cabeza quedando en muy malas condiciones aunado con la diabetes que se le presentó. Hoy está postrado en su cama….”

Desde Al Bat, amigos y hermanos, unámonos en estos momentos difíciles por los que atraviesa Miguel Pereyra. El beisbol organizado, la afición, ex jugadores de su época, prensa especializada, debemos de solidarizarnos de alguna forma con él y su familia.

Dale un abrazo de nuestra parte, Jimmy.

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