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AL BAT

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Tommy Herrera y los Diablos

 

El año pasado los Diablos Rojos celebraron el aniversario No. 50  de cuando esa franquicia conquistó –en 1964–, el segundo banderín de los 16 que tienen en la Liga Mexicana de Beisbol.

 

 

Por Jesús Alberto Rubio.

 

Sin duda, inolvidable aquella época de Tomás Herrera, el gerente Arnulfo Rodríguez y los Diablos Rojos del México, especialmente cuando los campeonatos que obtuvieron en 1964 y 1968.

 

Aquellos títulos los conquistaron con el famoso Tomás “El Sargento” Herrera como mánager, quien en 1964 estaba en ese rol en su segundo año tras haber sido muy buen pitcher las anteriores cuatro temporadas, precisamente con los mismos Escarlatas.

 

Herrera se convirtió en aquella edición en el primer timón mexicano en llevar al título a los escarlatas, luego del que logró (1956) el cubano Lázaro Salazar.

 

Antes de continuar, le diré que en diciembre de 2008 estuvo presente en el Estadio Héctor Espino y con gran gusto charlé con él.

 

Esa vez, entre otras cosas, le pregunté por qué el mote de “Sargento”, y dijo su “bautizo” se lo hizo el cronista Enrique Llanes (+) después de haber estado  cuatro años en el Ejército de EU; tres en Alemania y casi uno y medio en Corea.

 

Reconoció que, en efecto, por su formación militar, siempre impuso una férrea disciplina en los equipos que dirigió.

 

Sobre el tema, expresó que “somos los arquitectos de nuestra vida; por lo tanto, el pelotero debe entender que la disciplina y el ser un profesional en toda la palabra, es lo primero, además de que tienen un gran compromiso con la afición”.

 

Primero como pitcher:

 

Hago otro importante paréntesis para decirle que esta tema saltó a la luz cuando Federico Armenta me preguntó si acaso tenía fotos del equipo Diablos Rojos campeones de 1964, y del 68, por lo que “así como no queriendo” me di a la tarea de buscar aquí y allá esas historias Escarlatas, además de solicitarle al amigo coleccionista Pedro Barrios  Salcedo alguna foto de esos equipos, lo cual amablemente lo hizo.

 

Y, precisamente, en la “navegación” por la web/búsqueda de información sobre esos dos campeonatos, no me fue difícil encontrar columnas escritas por el colega Tommy Morales, la que en parte aquí también la comparto a partir de su recuerdo cuando “El Sargento” Herrera antes de ser mánager funcionaba como pitcher:

 

“Antes de venir a la Liga Mexicana, tiró con Padres de San Diego de la Liga de la Costa y con otros de más baja clasificación como el Salem y el Big Spring de la Liga Longhorn, este en 1953 un año antes que Joe Bauman diera sus 72 jonrones.

 

Primero perteneció al Filis y luego al Cleveland, teniendo su mejor campaña en 1956 con record de 10-9 en los Padres de San Diego de la Costa, a un paso de las Mayores.

 

Con los Diablos de 1959, equipo que ganó el play off, tuvo record de 12-7 y 9-8 en 1961. Se despidió de jugador en 1962 con 5-1 y 2.79.

 

Causa buena impresión

 

“Me contó Arnulfo Rodríguez, el gerente de Diablos, que al final de la campaña de 1962 hizo una gira con los Diablos y durante esos días le impresionó lo mucho que conocía el juego Tomás Herrera y que su agresividad iba de acuerdo a las características  del club. Lo propuso de manager para 1963 y los dueños aprobaron la idea”.

 

El banderín

  

Aquel año los Pingos ganaron el campeonato con tres juegos de ventaja sobre el Pericos de Puebla, cuatro sobre El Águila y cinco y medio arriba del Tigres. Ese año la Liga Mexicana llegó a ocho equipos al arribar Charros de Jalisco, del doctor Álvaro Lebrija.

 

Arnulfo Rodríguez consiguió para la campaña a dos jugadores importados de Ligas Mayores, Harry ‘Petacas’ Simpson, quien bateó para .306 y 14 jonrones, y el pitcher zurdo cubano, Eusebio ‘Silverio’ Pérez.

 

Los Diablos obtuvieron del Puebla al muy buen catcher Rudy Sandoval que fue parte importante en el título, con el gran Leo Rodríguez que bateó .320 en la tercera; el veterano David García, obtenido de Poza Rica, en el short; Agustín Enríquez, en la segunda, y William Berzunza, con .316, en primera.

 

Para el jardín estuvieron el famoso Miguel “Becerril” Fernández, con .294 y 21 jonrones para ser líder del club; Andrés ‘Avestruz’ Rivera (aquí en la pelota invernal era Rodríguez; en el verano era Andy Rivera),  y Harry ‘Petacas’ Simpson.

 

Willie Arano y Jorge Calvo aportaron en el jardín, con Humberto Ayala teniendo sus grandes días como receptor.

 

También estuvo el joven Gonzalo Villalobos que luego fue el rey del triple en la historia de la Liga, con 132. Curiosamente, el luego gran estrella por 15 años con Diablos, Ramón ‘Abulón’ Hernández, tuvo una vez al bat sin hit en su primera visita al fuerte circuito.

 

Ramón Arano y el zurdo Aarón Flores fueron los máximos ganadores con 16 triunfos cada quien; el zurdo de oro, Alfredo Ortiz, con 15 éxitos, el también zurdo cubano Silverio Pérez, con 10; Alberto Joachín y Rafael Fabela con nueve; el nudillero relevista ‘Toche’ Peláez, con siete, y el gordito Eusebio Elizalde, con seis.

 

Leo Rodríguez y Miguel Fernández ganaron Guantes de Oro, con Becerril siendo el mejor en triples, con 10, y David García el campeón en dobles, con 39.

 

En la era de Tommy Herrera los Rojos ganaron dos títulos, ese de 1964 y el de 1968, estando también en la final de 1966 que perdieron ante los Tigres del México.

 

Otro gallardete

 

Tommy Morales también destaca lo sucedido en 1968 cuando llegó el segundo campeonato de Tomás Herrera como manager, con unos Diablos superando al Águila de Veracruz en juegos electrizantes en ya extinto Parque del Seguro Social.

 

El gallardete lo logró en el último juego –de un doble partido– de la temporada cuando el Paquín Estrada dio el cuadrangular de la diferencia, contando además con  el pitcheo de Ramón Arano para una inolvidable victoria de 1-0 ante los Broncos de Reynosa.

 

Le ganaron a los Yankees

 

Aquel 1968 había comenzado en forma por demás brillante con los Diablos con Ramón Arano lanzando, derrotando a los famosos Yankees de Nueva York.

 

Un año antes el mismo Arano había blanqueado a los Indios así que Tomás Herrera tuvo varios triunfos sobre equipos de Ligas Mayores ya que le había ganado también al Mets, Senadores de Washington y Ángeles de California.

 

“Era el manager más exigente de ese tiempo y me hacía recordar al Adolfo Luque de sus años de gran manager. Un domingo después de perder un doble juego contra los Tigres, Tomás le dijo a sus peloteros que no se quitaran el uniforme ya que saldrían a practicar porque el equipo andaba mal. Y prendieron las luces para el entrenamiento extra con los jugadores y manager por lo que se la pasaron todo el domingo metidos en el Parque del Seguro”, citó.

 

El Diablos de 1968, añadió, fue un equipo formado exclusivamente por mexicanos en que el único que no había nacido aquí lo era el manager Tomás Herrera, de Laredo, Texas, pero ya con nacionalidad mexicana también. Se casó en Saltillo y se quedó a vivir allí.

 

“Ganó la coronas con dos juegos y medio de ventaja sobre el Águila y esta vez la celebración fue en el Restaurante Arroyo, en el sur profundo de la capital, con Tomás y otros tratando de torear becerros”, añadió el gran Tommy.

 

Ramón Arano ganó 17 juegos para esos Diablos, con 12 triunfos de Felipe Leal, 11 de Alfredo Ortiz y 11 de Víctor García.

 

Arnulfo Rodríguez consiguió a los veteranos Moisés “Moi”  Camacho y Alfredo “Yaqui” Ríos, los dos en el Salón de la Fama, para apuntalar el infield escarlata.

 

Los mejores bateadores lo fueron Ramón “Diablo” Montoya, convertido en el rey del equipo, con .337, Roberto “Tawa” Lizárraga con .327, Arturo Álvarez con .319 y Nicolás Vázquez con .318. “Abulón” Hernández con .292 y Wilfredo Arano en .290, Alfredo “Yaqui” Ríos en .282 y Moi Camacho con .278.

 

¡Qué tiempo, señores!

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